Las zapatillas, en la cima de la cultura pop
La cultura pop las incorporó, y son objeto de coleccionistas y fanáticos. Ahora, un libro pretende descifrarlas.
En un encuentro mano a mano entre un sneakerhead (un fanático de las zapatillas) cualquier mortal (que exceda a su especie) es muy probable que lo primero que observe sean los pies de su interlocutor. Y luego, dará su veredicto ante el calzado.
“El cuero se les arruga mucho cuando caminás, por eso tenés que cambiar la manera de hacerlo”, fue la recomendación que le hizo Pablo Aulicino de Sneakerhead Argentina al periodista Leonardo Ferri, que acaba de editar un libro sobre esta pasión, que también es la suya.
Así emerge una fauna adoradora del calzado deportivo, que puede contar las veces que usaron cada zapa, o bien comprar de a dos pares y guardar uno para su colección. Y también ejercer hábitos de contemplación y admiración, dignos de cualquier coleccionista. ¿Cuál es su perfil? Se debaten entre el runner, el nostálgico o el cool. No sale de ahí.
El anticuado “Feliz estreno”, aquella pésima broma de pisar la punta del calzado de otro (hoy en clave selfie) podría ser una muerte segura si se está frente a algún sneakerhead de ley.
“Quería hacer una obra de divulgación, de amplio espectro, porque se está dando a conocer un tema que es más de nicho. Para hablar de moda me junté con un par de periodistas que escriben sobre eso y para tecnología, indagué en algunos papers”, confiesa Ferri, autor de Zapatillas, quien también viajó a Boston para entrevistar a diseñadores de firmas como Converse y New Balance.
Según el periodista, ante una obra pionera en el tema en la Argentina, el calzado urbano-deportivo no se circunscribía sólo a mostrar la conocida
enemistad de los hermanos Dassler (que gestó el binomio Adidas/puma) o cuando Bill Bowerman y Phil Knight le dieron el visto bueno al
swoosh (silbido), el icónico y eficaz logo de Nike. “Tenía que ir por más. Había que hablar de moda, diseño, relacionarlo con la música y el cine, revisar cientos de sites, y hasta poner el foco en series de Netflix como Abstract en la que hablan sobre el tema”. Una de las peculiares historias del coleccionismo de zapatillas descansa en Youtube bajo el título de Sole Searching in South America, donde se muestra cómo entre 2014 y 2015 un grupo de ingleses -fanáticos de Adidasviajaron especialmente a la Argentina para dar con santos griales de las tres tiras en el barrio de Mataderos. El team estaba comandado por un tal Ian Brown (sí, el cantante de Stone Roses) quien cosechó -junto a sus amigos británicos- la friolera de 100 pares de zapatillas retro.
Por otro lado, las mujeres son las menos en el mundo sneaker, aunque pueden marcar un peculiar record (ver recuadro) y aportan influencers como Tiffany Beers (ex diseñadora de Nike) que en su canal de Youtube hace rigurosos reviews de diseño, peso y utilidad de distintos modelos. Otro punto peculiar para los sneakerheads es la reventa. El “mercado secundario”, con sitios web como Goat, Fligh Club y Stockx. “Encontrás todo lo que busques”, suma el diseñador gráfico Marcos Bellavia, que también junta zapatillas (ver Fetiche...).
¿Y que pasa con el mercado nacional? ¿Hay coleccionismo local? “Casi nada, las marcas de acá están menospreciadas. Topper tiene 43 años, fue súper precursora, vistió a Vilas y a Sabatini, pero no es considerada de las buenas. Creo que se quedó en el tiempo, y no se actualizó”, suma Ferri.
¿El motivo? “Es más negocio importar modelos ya hechos que fabricarlos. Lo que tiene bueno Topper es que es la única empresa que fabrica zapas hasta el talle 49”, dice Leonardo, quien suma que John Foos y Flecha son las que hacen punta acá.
“En un tiempo no muy lejano irás a una tienda, te medirán el pie con un escáner, y tendrás un calzado personalizado en cuanto a la comodidad de tu andar y pisada”, finaliza Marcos, avizorando el futuro.