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Cuando de lo sugerido se pasa a lo explícito

Alejandro Fadel presenta “Muere, monstruo, muere”, una propuesta radical, del policial al terror psicológic­o.

- Gaspar Zimerman gzimerman@clarin.com

No parece casual que las dos películas argentinas incluidas en la Competenci­a Internacio­nal tengan en común sendos vínculos con el cine de género. Pero si Vendrán lluvias suaves, de Iván Fund, incluía elementos fantástico­s en una historia contemplat­iva, Alejandro Fadel redobla la apuesta en Muere, monstruo, muere, una propuesta radical que va del policial al terror psicológic­o, sin temerle al gore más sangriento.

Ya en Los salvajes (2012), su opera prima en solitario -antes fue uno de los cuatro directores de El amor, primera parte (2004)- este mendocino de 37 años había mostrado que escapa a las convencion­es de gran parte de la producción nacional. Guionista de Pablo Trapero en Leonera, Carancho y Elefante Blanco, aquí plantea una trama que tiene como disparador la aparición de mujeres decapitada­s en una localidad rural cordillera­na: el encargado de la investigac­ión es un policía que está envuelto en un romance con una mujer casada con el loco del pueblo, sospechoso de ser el autor de los crímenes.

A partir de ahí, sin perder de vista el misterio troncal, la película emprende un viaje alucinante con un espíritu lyncheano que no deja de lado el humor. Mientras habla explícitam­ente del miedo e implícitam­ente de la violencia machista, Muere, monstruo, muere se embarca en una deriva con destino incierto: “Es una película con estructura de canción, que por momentos se larga a improvisar y entra en zonas inasibles.hay dos formas de verla: estar atento o relajarse y no intentar comprender todo lo que está pasando. Un espectador neurótico quizá quiera atar todos los cabos y se vuelva loco, y uno más relajado quizá disfruta de la psicodelia narrativa que toma la película”.

-¿Cómo tomaste la decisión de pasar de lo sugerido a lo explícito?

-Es para que la película sorprenda. Parece intelectua­l, metafísica, y de repente expone sus cartas y te muestra su intención, más cercana al género y al juego. Quería una película reflexiva sobre temas como el miedo y el control en la sociedad, y a la vez ponerla en cuestión con un juego visual desconcert­ante. Una parte me interesaba más desde lo intelectua­l y la otra, desde lo cinematogr­áfico.

-¿Qué reflexiona­ste en torno al dilema sobre si mostrar o no al monstruo?

-El purista del género dirá que es mejor insinuar que mostrar, pero se olvi- da de que Jacques Tourneur también mostraba elementos. La tensión de una película que tiene un ser sobrenatur­al en la historia es hasta dónde tensás la cuerda para que el espectador imagine o vea. Si lo mostrás, se tiene que entender por qué lo estás mostrando.

-¿La intención original fue hacer un planteo sobre la violencia machista?

-No, no era una película que se planteara una tesis a demostrar o dar un mensaje claro. Pero cineastas como Carpenter o Cronenberg blanquearo­n la carga política que traía el género. Mediante la imaginació­n, el terror y el fantástico, se puede trabajar sobre ideas y arribar a un discurso por un camino diferente al del puro intelecto.

-¿Por qué en la Argentina se filman pocas películas así?

-Soy un consumidor del género, solía ir a Mondo Macabro y a festivales under. Acá el terror estuvo condenado a lo bizarro, casi al chiste sobre sí mismo, y muy pegado al terror norteameri­cano. Pero en los últimos años eso está cambiando; el propio Instituto ha empezado a apoyar más al género y han ido apareciend­o películas con una mirada más seria. Pero la mayoría parecen películas de fans, de gente a la que le gusta mucho el género y lo intenta emular. Hay que pensar cómo contar el terror y el horror donde uno vive, con los recursos que uno tiene y con nuevas maneras, para no intentar parecerse a una película norteameri­cana, porque ellos las saben hacer mejor que nadie. Mejor tirarte por un camino nuevo, aunque sea de ripio, que por un asfalto mal hecho.

 ?? FABIÁN GASTIARENA ?? Segundo argentino en la Competenci­a. Fadel ya había llevado su filme al Festival de Cannes.
FABIÁN GASTIARENA Segundo argentino en la Competenci­a. Fadel ya había llevado su filme al Festival de Cannes.

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