Una caja llena de cabezas

En el diálogo del lunes último en el histórico Teatro Loews, de Jersey City, única presentación pública de su nuevo libro Fuego y sangre (Fire and Blood), George R.R. Martin recordó que en ese mismo teatro él vio con sus padres el original Ben Hur, con Charlton Heston. Y evocó ese mundo de los años 50, cuando a pesar de que su cuidad natal quedaba cerca, solo cruzaban a Nueva York una vez al año, para Navidad, a ver el Papa Noel oficial de Macy’s.

De esos días estáticos frente a la ventana, en un departamento comunitario de Bayonne, Nueva Jersey, le quedaron los buques de todo el mundo que entraban al Puerto con sus banderas nacionales en los mástiles.

Martin también atribuye su interes por fantasear con otros mundos al hecho de que la familia de su madre, los Brady de Irlanda, llegaran a tener en el siglo XIX un muy próspero negocio de importación directa, y hasta un muelle propio de descarga con su apellido, el Brady Dock, que la Gran Depresion les hizo perder, junto con todo su patrimonio: “Creo que me quedó para siempre ese anhelo de pertenecer a una familia europea de abolengo”. Pero eso se puede decir quizá de todos los norteamericanos caucásicos.

Lo que resultó decisivo desde todo punto de vista fue que en los 80, y ya mudado a California, Martin se convirtiera en guionista de la serie The Twilight Zone, que justamente discontinuó en 1991 para dedicarse al proyecto A game of thrones: “En los 90 estaban de moda las trilogías, y como arranqué y salió de un tirón, con gran facilidad, llegué a los siete volúmenes”.

Habitué de los decorados, los guionistas y las locaciones, Martin quiso por lo menos hacer algunos cameos y soñó con una pequeña carrera como muerto en el cine. Logró hacer de zombie en la serie de ciencia ficción Z Nation; más tarde consiguió otro bolo haciendo de hombre apaleado en la cabeza … Pero su mayor ilusión era aparecer como decapitado –con la cabeza, claro, el papel mas protagónico de todo degüello– en la escena en que matan a Eddard Stark y clavan su testa en una pica junto con otros (temporada 0108). Increíblemente, GOT tambien tiene su ministerio del ahorro… Como hacer cabezas resulta carísimo (requiere hacer un molde en vivo sobre el rostro del actor), la producción desistió y compraron una caja de cabezas usadas (“Siempre conviene reciclar, ¿no? Con las cabezas es igual que con el plástico”, cuenta. “Con tanta mala suerte que no advirtieron que entre las cabezas de segunda mano había una del expresidente George W. Bush… Salió al aire; la quitaron luego. Y mi cabeza perdió su oportunidad”.)