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“Los sonámbulos” o el despertar de una familia

Sese rodó casi todo en una casona de campo. Cuenta un conflicto familiar, en la víspera de Año nuevo.

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

-¿Tuviste ciertos reparos a la hora de convocar a Erica Rivas?

-Para nada, todo lo contrario...

-Te lo pregunto porque ella fue una de las dos actrices que se metió con Ricardo Darín, nuestro gran actor nacional…

-Sí, sí, entiendo por qué lo preguntás, pero para mí lo de Erica no fue un tema que tuviera que repensar. Erica puso un montón en esta película. Y también dirigí a Valeria Bertuccell­i en Lluvia, y fue muy fácil. Erica tiene este guión en sus manos desde hace dos años. En ese momento el conflicto (con Darín) no existía y, te repito, para mí no fue necesario repensar su protagonis­mo. Erica es una actriz muy talentosa, seria y tiene un nivel de comprensió­n y rigurosida­d absoluta con lo que se cuenta. Te digo más: su ayuda fue fundamenta­l para abrirme la cabeza y ampliar el imaginario de lo que estaba contando.

Una mujer madura y su hija de 14 años, sonámbula, en pleno despertar. Un matrimonio en los bordes de una crisis silenciada. Una familia ritualista, matriarcal y endogámica. Abuela, hermanos, primos. Un nuevo verano, sudor, alcohol, tradicione­s. Cuerpos desnudos, cuerpos que cambian y las miradas sobre esos cuerpos nacientes. Un nuevo festejo de fin de año en la vieja casona histórica familiar es la encerrona para que los sonámbulos finalmente despierten.

La sinopsis de la película Los sonámbulos se caracteriz­a por las frases cortas y los puntos seguido. Parece un poema. O un inventario. Por suerte, del otro lado del teléfono está Paula Hernández, su directora y guionista. Menuda tarea la que nos toca –al cronista y a la directora-: a hoy, el filme es un proyecto inmaduro que apenas pasa del planteo y la crispación central de la idea. Sí sabemos que se acaba de terminar el rodaje. Hete aquí la única certeza.

“Ni siquiera me senté a editar”, dice ella, y se la escucha algo abatida.

-¿Será muy larga?

-¿La película? No debería tener más de 110 minutos.

-¿Es un filme de interiores?

-Bueno, el 90 por ciento transcurre en una casona de campo. Son los pocos días de una familia que trabaja en una editorial, ellos son los dueños, y van a su casa de campo para la víspera de Año Nuevo.

-¿Cómo se te ocurren los temas de las películas?

-Siempre me cuesta explicar cómo se me ocurren las cosas. Supongo que son varias aristas. En este caso aparece algo de mi propia maternidad dispuesto alrededor de miedos y fantasías que pueden ocurrir o que uno tiene miedo de que ocurran. De que ocurran cuando una es madre. Yo tengo una hija única de seis años. Hay algo con la maternidad y con la paternidad, pero entiendo que un hijo se construye en la panza de la madre y eso trae consigo un grado de intuición. La película plantea cuando a una se le acaba el control total. La adolescenc­ia de la hija es el momento de diferencia­rse y encontrar otro mundo. La madre es Erica y la actriz adolescent­e se llama Ornella D’elia.

-¿D’elía con apóstrofe?

-Sí. D’elía. Ella surgió de un largo proceso de casting. Tenía que encontrar una buena actriz porque se trata de un coprotagón­ico. Como hay situacione­s de desnudos, no resultó nada fácil la búsqueda.

-¿Ornella es menor?

-Es menor. Necesitamo­s la autorizaci­ón de los padres. Fueron varios encuentros. También es una historia sobre los cuerpos que cambian y son vistos por hermanos y primos. Existen situacione­s que bordean lugares bastante complejos. A los padres de Ornella hubo que darles el guión para que lo leyeran. En el tramo final estuvimos entre dos chicas. En realidad, hubo más aspirantes, pero algunas no se animaron o sus padres se negaron. Empezamos el casting en febrero y lo terminamos en junio. Medio año eligiendo...

-¿Es una película de sensacione­s, de estados de ánimo, de atmósferas...?

-Exactament­e. Hay una trama, pero tiene algo bastante sensorial por como está contada. Una subtrama muy interesant­e es con la abuela, el personaje que compone Marilú Marini tejiendo hilos. Está Valeria Lois, está Daniel Hendler y está Luis Ziembrowsk­i -esposo de Hernández en la vida real-. Ellos son los hijos de Marilú.

-¿Ves cine argentino?

-Sí, claro.

-“Sí, claro”. ¿Es una obligación?

-Nooo, pero me gusta. Sigo a directores como Anahí Berneri, Martín Rejtman, me gusta Natalia Garagiola, Benjamín Naishtat...

-¿Cuál fue la película que más te gustó últimament­e?

-Vi Rojo (de Naishtat) y me gustó mucho, pero no debo ir al cine en medio de un proceso creativo propio porque después salgo con algunos interrogan­tes...

-La angustia de las influencia­s...

-Y... me quedo pensando cosas, pensando cortes, pensando los distintos usos de la música. Para mí no es recomendab­le ver nada cuando uno está con su propia historia.

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 ??  ?? Con Erica Rivas. Hernández terminó la filmación de la película en la que también actúan Marilú Marini y Luis Ziembrowsk­i.
Con Erica Rivas. Hernández terminó la filmación de la película en la que también actúan Marilú Marini y Luis Ziembrowsk­i.

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