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Amaia Montero, una estrella pop poco convencion­al

La ex cantante de La Oreja de Van Gogh habla de su último álbum solista, “Nacidos para creer”.

- Martín Muti mmuti@clarin.com

“Argentina es realmente mi segunda casa. Fuera de España, es el lugar donde más he vivido”.

Con el lanzamient­o de Nacidos para creer, la cantante española Amaia Montero también empezó a pensar a Buenos Aires, ciudad a la que denomina su segunda casa, como un lugar donde tocarlo. “Voy a presentarm­e seguro aquí, pero lo que no sabemos es todavía las fechas y todo eso. Pero claro que estamos en tratativas. Será para el año que viene”, cuenta Montero, en diálogo con Clarín.

A más de una década de su separación de La Oreja de Van Gogh, la cantautora de 41 años, que cosechó cuatro trabajos discográfi­cos en solitario, califica a este nuevo disco como “un striptease emocional”. -Por lo general tus canciones son autobiográ­ficas. ¿Cuál es la que te representa más? -Todas son autobiográ­ficas. Pero a este disco lo denomino un striptease emocional. No sé si es la edad, o qué, pero me desnudo completame­nte. Lo cual no quiere decir que a uno no le dé pudor, ¿no? Nacidos para creer es una canción con una letra bastante potente. El fin es desnudarse. Pero puedes hacerlo haciendo un striptease o puedes hacerlo de otra manera, como acá”, dice señalando el álbum. -Escribiste algo en tu disco. “Hay quien encuentra raro que a los 40 no esté casada” u “otros juran que bebo y que en persona no valgo nada, que hace dos o tres tallas que no entro en mis vaqueros”. ¿Por qué pensás que se te apunta tanto al cuerpo y al aspecto? -No lo sé. Me encantaría saberlo pero no tengo ni idea. Lo único que sí sé es que en España, el 8 de marzo (Día de la Mujer) los medios y las redes decían que a las mujeres nos deben evaluar por nuestras aptitudes y no por nuestro físico. Porque, si no, eso es machismo. Y nosotras estábamos encantadas pensando que habíamos ganado la batalla, que sería sólo de pedir respeto. Pero ni eso. Hace unos meses fui a ver a Bob Dylan en Madrid y tuvo problemas de sonido y no pasó nada al respecto. No dijeron nada ni se armó algo parecido a esto. A mí se juzga de otra manera. ¿Por qué? No lo sé. Lo único que pido es respeto. Todo lo que digo en la canción es verdad... Todo lo que han dicho sobre mí, que si engordo, si adelgazo, si estaba borracha, si no estoy casada a los 40... Para un hombre es diferente, para un hombre es como “qué campeón”. Es puro machismo. Yo no gastaría ni medio segundo en una red social en poner a parir (sic) a una persona que no conozco. Lo único que pedimos es igualdad y respeto. Esto no es una guerra de sexos. -La muerte de tu padre sucedió justo en el comienzo de tu carrera en solitario. ¿Cómo transitast­e ese momento laboralmen­te? -(Piensa) No sé cómo me hubiese sentido si hubiera estado junto a los chicos (de La Oreja...), segurament­e me hubiese sentido mucho más arropada. Aunque, por más que se me vea a mí sola en este camino en solitario, hay muchísima gente que está detrás de mí. Pero con los chicos nos llevábamos muy bien. Ellos me han protegido mil veces. Éra- mos como hermanos. Crecimos juntos. Teníamos 20 años, veníamos de la universida­d,y empezamos a vivir toda esta vida tan distinta e inesperada juntos. El dolor, la pena, hubiera sido la misma. Lo único que te hace estar mejor es el tiempo.

El padre de la artista falleció de leucemia pocos meses después que decidiera comenzar su camino como solista. Es por eso que le compuso la canción 407, número del cuarto de hospital que ocupó durante su tratamient­o, que formó parte de su primera producción homónima en el 2008. Montero contó que el apoyo que le brindó su papá durante sus once años como vocalista de La Oreja de Van Gogh, y luego al decidir iniciar una carrera como solista, fue fundamenta­l. Además, fue él quien le inculcó su pasión por la música.

“Los duelos cada uno los lleva o reacciona de diferente manera. Perderlo tan joven nunca lo pensé... Ese fue el peor momento de mi vida. Cuando estaba grabando el disco en Italia, mi padre estaba internado. Cuando le canté la canción que le dediqué, a través de Skype, ese momento, yo mirándole, él en la cama del hospital. (Se quiebra) Me partió el alma. Cuando mi padre vivía yo veía la vida de una manera. Y una vez que murió, fue otra mi vida. Lo adoraba, soy fuerte... pero muy sensible. Sino no me pudiera dedicar a esto. Viajo a donde sea con una foto de mi padre y hablo con él”, detalla. -Volvamos a tu álbum. ¿Por qué elegiste hacer el videoclip de “Mi Buenos Aires” en París y no acá? -París es mi ciudad favorita. He hecho muchos videoclips allí. Me gusta Francia. La idea me surgió en Londres, porque estaba muy enchufada con el disco. Quería el clip de

Mi Buenos Aires en París porque me parecía muy obvio grabarlo aquí. Tengo tal agradecimi­ento a este país, porque en el momento que vine en esta gira, se me hizo duro, fue mucho tiempo y hubo momentos duros de estar lejos de casa. Me arroparon, me quisieron, hice una gira por toda Argentina... No me he podido sentir más querida. Es mi segunda casa. No he vivido tanto tiempo en un lugar que no sea España como aquí. Además ese clip quería hacerlo en la ciudad del amor, del puro agradecimi­ento que le tengo al país y lo que me gusta. -¿Cómo está tu relación con los chicos de La Oreja de Van Gogh?

-Bien, muy bien. Con algunos tengo más trato que con otros, pero la relación es fantástica. -¿Qué hay de cierto del rumor de que no te gusta la actual vocalista de La Oreja...? -No es cierto. No sé de dónde sacan eso. Yo no he dicho nada. Les estuve viendo en un concierto de fin de gira en España. Nos seguimos en redes, nos ponemos “likes”, nos mandamos comentario­s internos.

 ?? MAXI FAILLA ?? Confesiona­l. La española considera que todas sus canciones son autobiográ­ficas. “No sé si es la edad, o qué, pero me desnudo completame­nte”.
MAXI FAILLA Confesiona­l. La española considera que todas sus canciones son autobiográ­ficas. “No sé si es la edad, o qué, pero me desnudo completame­nte”.

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