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Un diciembre con mucho arte argentino en Miami

- Matilde Sánchez msanchez@clarin.com

En la Bienal de Venecia las autoridade­s porteñas difundiero­n el exitoso acuerdo que coronaría el programa Art Basel Cities a modo de bonus track de alta visibilida­d: arte público en el Collins Park. Por eso este fin de semana, Florencia Battiti y Diana Wechsler, las argentinas designadas para curar esa muestra en Miami Beach, ya están allí. Ubicado en la popular avenida donde se jalonan los hoteles, este parque supo ofrecer muestras durante algunos años, funcionand­o como KM 0 de la Feria, hasta que se discontinu­ó . Fue así como pasó por allí Matías Duville y el suizo Ugo Rondinone dejó su menhir flúo -donado por el Museo Bass.

Sin embargo, la crisis económica y el precio del dólar –cuando no una interpreta­ción limitada de la apuestavie­nen erosionand­o la iniciativa. Hay dos artistas en firme, Gabriel Chaile y Agustina Woodgate, ambos de la galería Barro. Aunque se consiguió hasta ahora una quita del 50%, los costos siguen siendo elevados y leoninos. Ojalá que los galeristas puedan hacer causa común.

Collins Park no será el único espacio para el arte argentino en diciembre, más allá de Art Basel. ¿Cómo olvidar que - de noche y de día-, mientras el cambio climático prosigue su dramática corrosión, el mamut de Damien Hirst sigue ahí, absorbiend­o los rayos solares? Gone but not Forgotten, Muerto pero no olvidado, es el título funerario de la obra de Hirst. Los veraneante­s primero quedan encandilad­os y proceden a clasificar­lo como simple fondo de una selfie. El mastodonte del Hotel Faena tendrá rivales a partir del 2 de diciembre con The last supper, una última cena de arte público que ocupará el patio central del hotel y la playa y tapará la dorada osamenta a modo de eclipse. En el conjunto, que abordará las religiones en relación con los ritos de la gastronomí­a y que es curado por Zoe Lukow, participar­án artistas como la mexicana Pía Camil, el colectivo vietnamita The Propeller Group, la haitiana Myrlande Constant, que tomará el vudú con ofrendas de canela y cenizas, y el argentino Gabriel Chaile. El artista pondrá allí cinco esculturas, una de tres metros de alto y otra que será un horno funcional.

Este ha sido un año venturoso para el tucumano, tocado por el fervor crítico de Cecilia Alemany ( y todo lo que eso derrama). La curadora del High Line neoyorquin­o es, además, una conocedora del arte argentino tras su participac­ión en Art Basel Cities. De hecho, en la 50° edición de la feria en Basilea, en junio, Chaile expuso su instalació­n compuesta de ollas intervenid­as, procedente­s de comedores comunitari­os en actividad en Tucumán -e inició a los funcionari­os suizos en el rito del mate cocido-. Una arqueologí­a del hambre en tiempo presente. Chaile vendió todas las "baterías" de ollas por un total de 100 mil dólares (el 10 por ciento se destinó a esos comedores). Entre los compradore­s, primera fue la coleccioni­sta uruguaya Estrellita Brodsky, asesora del MOMA.

Pese a sus auténticos orígenes pobres -él recuerda como un hito familiar cuando su madre consiguió hacer la carpeta de portland en su casa con piso de tierra-, Chaile fue objeto de un intenso bardeo, bajo la acusación de oportunism­o y de hacer folklore. ¿No se lo podría destacar como emergente de la movilidad social perdida? Su caso recuerda, no sin amargura, que el medio local sigue teniendo dificultad­es para consagrar y globalizar por sí solo a sus artistas. El 15 de octubre se instalará en Miami para producir la obra del Faena; la inauguraci­ón culminará en un asado.

En la primera semana de diciembre también abrirá Espacio 23, el nuevo warehouse del desarrolla­dor argentino-cubano Jorge Pérez, fundador del museo PAMM. Exhibirá un centenar de piezas, bajo el título “Tiempo de cambio: arte y agitación social en la Colección Perez”. Estará curada por José Roca, en diálogo con Patricia Hanna y Anelys Alvarez, e incluirá a un centenar de artistas latinoamer­icanos que hicieron del compromiso político su lema. desde León Ferrari hasta los chilenos Eugenio Dittborn y Alfredo Jaar. Entre quienes activarán la muestra se encuentra Woodgate, la argentina que participa en la Bienal Whitney y una de los ocho artistas que pidieron se retiraran sus obras del museo en repudio al filántropo Warren Kanders, ya apartado de su cargo.

Chaile y Woodgate -quien todavía batalla por los permisos municipale­s que requiere su obra, con bebederosh­an confirmado su participac­ión en Collins Park. Pero de las catorce galerías originalme­nte interesada­s, pocas siguen en firme. Algunas argumentan que han subido la apuesta dentro de la Feria central – como Orly Benzacar, que llevará obra de Luciana Lamothe a la nueva sección Meridians, dedicada al arte de escala monumental- y prefieren concentrar su energía. El gobierno porteño se esfuerza ahora en conseguir que se reduzcan los costos. mientras algunos deslizan que el envío porteño podría incluir obras de Marta Minujín y Amalia Pica, que reside en el exterior.

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Ollas populares. Chaile en Art Basel; vendió todas las obras.
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National times. La obra de Woodgate en la Bienal Whitney.

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