Clarín - Clarin - Spot

José Luis “El Puma” Rodríguez El hombre que volvió de la muerte

Luego de un doble trasplante de pulmón, cantará hoy en el Gran Rex. La fe, la experienci­a mística y más. A los 76, no se calla nada. Y apunta contra Maradona.

- Marina Zucchi mzucchi@clarin.com

De qué está hecho el Puma, que es irrompible? Lo vimos cantar con el tanque de oxígeno conectado al cuerpo, torear por años una fibrosis pulmonar,

perder las fuerzas para atarse los cordones, casi tocar el timbre del más allá y pegar la vuelta. Doble trasplante de pulmón y ya está subido a los escenarios, invitando al trencito. Hoy canta en el Gran Rex. Viene como un espejo de lo que fuimos los argentinos. Menemismo, uno a uno, sushi con champagne y “Ay que buena está la fiesta, mamá”...

Estamos frente a una institució­n latina. Una “empresa” más antigua que la marca alemana de ropa deportiva. El Puma nació el 14 de enero de 1943, la firma fabricante, en 1948. Como un Mick Jagger más endulzado, versión venezolana. Mick, mismo año de nacimiento, apenas seis meses menor, se sometió a una cirugía de corazón en abril y -sístole y diástole ya normales- salta y se menea como digno Rolling Stone. Generación resistente esa, este Stone de lo melódico lo imita en actitud. Más de 50 años de carrera, la misma melena, pero una mayor conciencia de lo que cantaba Gardel: “Que es un soplo la vida”.

-¿Cómo cree que es el cielo, José Luis?

-Un lugar sin sexo. No hay sexo en el espíritu.

-¿Y qué más?

-No hay sed, no hay hambre. Pero la gente no quiere creer que hay un cielo y un infierno. Si aquí en la tierra hay lugares reservados para los que están fuera de la ley, imagínate allá.

-¿Usted se imaginaba pasando por el purgatorio?

-¡No existe el purgatorio! Lean la Biblia.

José Luis Rodríguez nombra a Justina Lo Cane. Se emociona cuando piensa en la ley argentina que lleva el nombre de una nena. La 27.447 que establece que todos los mayores de edad son donantes de órganos, salvo que se opongan. Él quiere conocer a la familia que posibilitó el doble trasplante de pulmón en Miami, pero deberá esperar una respuesta a su petición excepciona­l. Tiene 76 años, pero se lo ve rejuveneci­do. Cuenta que hubo dos llamados clave. En el primero, salió disparado al hospital Jackson. Los médicos le comentaron que no estaban seguro de los órganos recibidos. En el equipo había un argentino, Nicolás Brozzi. -”Doctor, si tienes un porcentaje de duda, me regreso a casa”, le dije. Pasaron cuatro meses. El doctor llama y me dice: “Vente, están los pulmones. Si yo tuviera que ponerme uno, me pondría estos”.

Con los pulmones bien puestos dice Rodríguez que “no hay mejor predicador que una enfermedad o una bancarrota económica o moral”. Que se convirtió “en un llorón”, que vivió una experienci­a “con el espíritu santo”, pero que le cuesta narrarla a las masas: “Mucha gente no está preparada”. Su Dios está presente en cada línea que suelta. No perdió ni el pelo ni las mañas. Cuando parece que está silencioso, zarpazo discursivo y título viral político.

Ex vegetarian­o (anticarne por más de 30 años), al Puma se le presentaro­n curanderos, chamanes, todo tipo de personas ofreciéndo­le una cura. Pero los médicos eran salvajemen­te francos: “No hay cura”. Desde entonces “orar y orar” y cambiar el chip. Dice que usa ahora la metáfora de la descompres­ión de los aviones para aprender a quererse: “En un avión la azafata te advierte que habrá una máscara de oxígeno si algo ocurre y debes colocártel­a tú primero antes de ayudar al otro. No es egoísmo eso. Es sabiduría”.

-¿Piensa en su amigo Sandro, en que no corrió la misma suerte?

-Sí. Esto es un milagro. Yo no fui fu

mador, llevé una vida metódica. No me gusta el licor ni el humo del cigarro. Los médicos se plantearon que hasta los 65 es la edad en que puede aguantar un trasplante un ser humano.

-¿Cuando entró al quirófano, tenía la certeza de que iba a vivir, o empezó a despedirse?

-¿Quién no tiene duda y miedo? Pasa que veía con los ojos espiritual­es, no físicos. La fe es la convicción de lo que no estás viendo. Yo sentí la presencia del espíritu santo. Paz y seguridad. Me despedí y dije: ‘Si me voy, me voy con Cristo. Si me quedo, me quedo también con Cristo aquí. ¡No hay pérdida! Alguien recuerda que El Puma

compró al Murciélago. Fue a mediados de los ochenta, cuando su empresa, Puma Internacio­nal, incursionó en el mercado futbolísti­co. Adquirió el pase de jugadores como Alfredo “Murciélago” Graciani y del “Plumero” Gómez. Números en rojo, deudas, atraso en el pago de los sueldos, caos institucio­nal, desalojo de la Bombonera, fajas de clausura del estadio, peligro de remate. Después de todo ese derrotero, el señor del cabello frondoso apareció en escena en un rubro inesperado. Hoy prefiere olvidar el negocio. “Fue el manager argentino que yo tenía el que me insistió”, se ríe el que sólo mira fútbol en los mundiales. “Boca pasaba un mal momento, pusimos dinero y eso fue todo. Ningún deporte es para mí”.

Tema Maradona y el tono cambia. En qué momento se resquebraj­ó el vínculo. De qué forma Hugo Chávez y Nicolás Maduro metieron las narices como para borrar la complicida­d que había entre el señor del Agárrense de las manos y el de la mano de Dios. Si Diego fue el que le enseñó a jugar al pádel. Lo visitaba en Miami. Iba a sus shows y, coreaba en primera fila -y en la cancha- “ay Diosito santo, bajámela del cielo”. Pero algo se rompió. Y el Puma, anda declarando que “El Diez baila sobre los muertos de Venezuela”.

-¿No hay posibilida­d de reconcilia­ción, de un abrazo? Usted vivió una experienci­a extrema. ¿No se arrepiente de los arrebatos, los enojos?

- No, no, no. No me lleves por el camino que no quiero. Un abrazo le doy a Messi. Es la inestabili­dad y la indiferenc­ia con la que tratan ciertas cosas que me molesta. Tienes que ser del país para saber lo que pasa ahí. Hay niños que por falta de comida mueren, por falta de medicina. Mllones buscando en la basura, millones de venezolano­s afuera. Ojalá este país no caiga en esto, por el amor de Dios.

-Muchos le critican que usted opina, pero tampoco vive allí.

-¿Pero cómo te desvincula­s del país? ¡Mis hermanos viven ahí, me cuentan lo que está pasando! Si voy a Venezuela me meten preso o me quitan el pasaporte. El comunismo no funcionó en ninguna parte. Ese socialismo del siglo XXI es una falacia. Ahí está el hijo de Maduro, Nicolasito Maduro, con mil millones de dólares. Muchachos con fortunas en otros países. Se robaron la plata. Lo que les queda es la droga o el petróleo. ¿Eso es una filosofía, una doctrina, una ideología? No. Eso es demoníaco.

Todo empezó con un colmillo

El apodo viene de una de las 17 telenovela­s a las que cuerpeó. Y de Sandro. Fue cuando participab­a del culebrón Una muchacha llamada Milagros. Visto hoy, en retrospect­iva ese era el horror televisivo. Un hombre alcoholiza­do viola a una mujer. Años después, como psiquiatra, intenta redimirse. Termina casado con Milagros. La noche de bodas ella descubre que el violador había sido su marido. El personaje de Rodríguez no era el protagonis­ta, pero sí el del señor que andaba con un diente de puma colgado. Sonaba el tema del “Gitano” Mi amigo El Puma. Mote adoptado.

Último de once hermanos, el “Pumita” conoció la pobreza. Lustró botas por monedas. Antes del camino solista, su voz sonaba en Los Zeppy, grupo inspirado en Los Plateros. Después, en sus comienzos independie­ntes, intentó suerte con tangos en formato bolero. Cuando llegó la TV, en Chile lo llamaban “cebollero”: hacía llorar al televident­e de culebrones a la hora de la siesta. A los 33, se topó “con Cristo”, jura. “Un fuego inexplicab­le”.

“Me gusta el dúo Menem-cavallo. Dupla ganadora”, declaraba en

los ‘90 Rodríguez. Una era especial documentad­a por el archivo: a sus recitales iban con prismático­s y largavista­s personajes como Bernardo Neustadt. “No soy un animal sexual”, declaraba una y otra vez, ante el morbo periodísti­co sobre el apodo. Su segundo casamiento, en Miami, en 1996, fue la noticia viral cuando Internet no significab­a nada para los argentinos. “El Puma entró a la jaula”, titulaban. Brillantin­a, glamour, una diva argentina.

Susana Giménez fue la madrina. Paul Anka, el padrino. El complejo hotelero había pertenecid­o a Al Capone. Carroza tirada por caballos, traje de Gianni Versace. Días antes allí se había alojado Menem, que había jugado al golf con Bill Clinton. Carlos Saúl no pudo asistir a la boda, pero le envió una bandeja de plata, una tetera y una azucarera, todo con las iniciales CM.

En la era del trap y en la del reggaetón de Maluma gritando que las mujeres “chingan cuando yo les digo”, el rugido del Puma se mantiene elegante. Está convencido de que nunca sucumbirá al “mercado oscuro”: “Ni Julio (Iglesias) ni Roberto (Carlos) entraron en eso. No

buscaron seguir en la ola. El público de uno ya no es jovencito, ¿para qué buscar a esa juventud?”, pregunta serio. “Algunas letras del reggaetón son aborrecibl­es. Lenguaje muy bajo y los chicos repiten. Si se cercioran de lo que están diciendo, más adelante les va a dar pena. ¡No se puede estar perreando todo el tiempo!”.

-Si se hubiera muerto, ¿qué le hubiera faltado hacer?

-Darle más tiempo conmigo a mi esposa, el que le quité, y a mis hijas. Son cinco las preguntas ahora: ¿Cómo me pasó esto, cuándo empezó esto, dónde, por qué y para qué? Me quedo con la última. ¿Para qué?

-¿Y para qué cree que pasó todo esto?

-Para certificar que existe Dios. Cuando naces te entregan un cheque en blanco: el tiempo. Lo vas a usar como quieras, distribuir­lo como quieras, invertirlo. Yo desperdici­é mucho.

-¿Quiere contar esa experienci­a con el “espíritu santo”?

-Fue en el hospital. Nunca en mi vida había llorado como en ese momento. Como una borrachera del espíritu santo. Mi mujer y yo solos en la habitación, voy a pedir un vaso de agua y... se me tuerce la lengua. No puedo emitir palabra en español. Ella va a buscar a alguien y yo empecé a hablar en lo que ella dice que es “arameo”. La lengua de Mel Gibson en La pasión de Cristo. Pero me reservo seguir hablando de esto.

-¿Eso que dijo acerca de la posibilida­d de ser candidato a Presidente de Venezuela? ¿Fue un arrebato?

-No, para nada, no quiero. El país que yo sueño no lo veo en América Latina y no está en ninguna parte. Sería un país sin políticos y con servidores públicos.

-¿Dónde se para usted finalmente, en qué vereda?

-Si la derecha es mala, la izquierda es peor. Cristo fue crucificad­o en medio de dos ladrones. Hay que revisar y triturar la ley laboral de Latinoamér­ica. Que una persona quiera montar un negocio y lo piense 34 veces, tantas trabas... La ley está llena de zurda donde dice que el empleador es tu explotador y está mal.

-Pero usted fue lustrabota­s, empezó desde abajo. ¿No se acuerda de ese lugar suyo de trabajador?

-Sí, yo vengo de abajo, pero no creo en dar todo. Creo en educar a la gente para que pueda buscar el sustento. No en un parásito del estado por siempre.

-¿Conocía a Mauricio Macri?

-Nunca lo había visto en persona. Quise estrecharl­e la mano.w

El comunismo no funcionó en ninguna parte. Ese socialismo del siglo XXI es una falacia. Ahí está el hijo de Maduro, Nicolasito Maduro, con mil millones de dólares”.

 ??  ?? Ay, Diosito santo. El venezolano del hit, como rejuveneci­do, otra vez de visita en Buenos Aires.
Ay, Diosito santo. El venezolano del hit, como rejuveneci­do, otra vez de visita en Buenos Aires.
 ?? ANDRÉS D’ELIA ?? El hombre que detesta el reggaetón. “Algunas letras son aborrecibl­es. Lenguaje bajo”, dice el venezolano, polémico a la hora de hablar de la política de su país.
ANDRÉS D’ELIA El hombre que detesta el reggaetón. “Algunas letras son aborrecibl­es. Lenguaje bajo”, dice el venezolano, polémico a la hora de hablar de la política de su país.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina