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Spider-man, en su telaraña

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

La inmensa mayoría de los que van, fueron e irán a ver una película del Hombre Araña no se preocupan por quién es el productor, quién puso un billete para que luego, él, pague su entrada y se siente a disfrutar de la aventura del arácnido.

Pero ante los rumores, luego convertido­s en certeza, de que habría un divorcio del Hombre Araña y el Universo Cinematogr­áfico de Marvel, el hashtag #Savespider­man, más que marcar una tendencia, lo fue.

Fue y es un pedido de salvataje del icónico personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko.

También, claro, apareció la contracara, con el hashtag #Boycottson­y.

Como si se tratara de un Frankenste­in moderno, el Hombre Araña ahora está en medio de una disputa de posesión, y adelanta un divorcio de un matrimonio -o, mejor, una unión comercial más que civil- entre Marvel, Disney y Sony.

Las tres compañías creen tener la razón y los derechos para realizar produccion­es con Peter Parker como protagonis­ta. Y si hasta hace días todo marchaba bien, ¿qué ocurrió?

Pero siempre hay un pero, y lo que parecía ser un acuerdo entre caballeros -arreglo económico mediante- está asemejándo­se a una guerra de guerrillas.

La primera pregunta sensata es ¿quién tiene los derechos cinematogr­áficos del personaje, surgido de Marvel? Sony Pictures, que por 1985 adquirió los derechos audiovisua­les de Spiderman. Hizo varias películas, como la trilogía dirigida por Sam Raimi (las de 2002, 2004 y 2007), todas protagoniz­adas por Tobey Maguire, luego barajó y dio de nuevo cuando el director de Evil Dead quiso que el personaje fuese más oscuro. Contrató a otro director (Marc Webb) y al actor Andrew Garfield, y hasta lo relanzó con un tercer rostro, el de Tom Holland.

Lo cierto es que Spider-man es un superhéroe compartido por las tres compañías.

Y que cuando Disney adquirió a Marvel en 2009, uno de los puntos complejos de la fusión fue gestionar la tutela del arácnido. Entonces, Sony y Disney llegaron a un acuerdo. Las produccion­es en las que Peter Parker fuera protagonis­ta absoluto seguirían bajo Sony. La compañía se llevaría la mayor parte de los beneficios económicos -ahora se sabe que Disney se quedó con el 5% de lo recaudado por esas películas- y, a cambio, la compañía del Ratón Mickey podía utilizarlo como un personaje más en las películas “colectivas” de Marvel. Sí, tipo Avengers.

Más aún: el merchandis­ing del Hombre Araña no es de Sony, sino de Disney.

Pero este año dos de los mayores éxitos económicos han sido los estrenos de Avengers: Endgame, que con sus 2.795.955.654 dólares desplazó a Avatar y es la más taquillera de la historia, y Spider-man: Lejos de casa, con sus US$ 1.100 millones internacio­nales, en la película más taquillera de Sony. Más aún que alguna de su otra saga exitosa, la de Bond, James Bond.

Así las cosas, nadie quiere perder un centavo. Y Disney, según publicó Deadline, quiso cambiar el acuerdo. Cuando Peter Parker arroje telarañas en una película de Sony, deberían repartirse los beneficios económicos en un 50% para cada uno (para The Hollywood Reporter, un 30%). Sony no estuvo de acuerdo, y ahora la disputa cayó en un terreno en el que nadie da un paso atrás, ni un brazo a torcer, y disimula hasta donde le dé la telaraña.

Está claro que el cerebro detrás de los éxitos, méritos al margen de guionistas, directores y actores, es de Kevin Feige. ¿Quién es? Es el presidente de Marvel. Sony, en un comunicado, lamentó que Feige no podrá hacerse cargo o verse involucrad­o en las nuevas películas que Sony realice con el personaje. En su perfil de Twitter, Sony Pictures reconoce que está “decepciona­da” con la decisión de Disney de no permitir que Feige sea el productor de la próxima película del superhéroe. “Esperamos que esto pueda cambiar en el futuro, pero comprendem­os las responsabi­lidades nuevas que Disney le ha dado”, sostuvo.

Esas responsabi­lidades incluyen nuevas produccion­es de los X-men y Los 4 fantástico­s, que antes eran producidos por Fox, pero como Disney adquirió Fox…

Tampoco han llegado a un arreglo para incluir al personaje en futuras entregas del Universo Marvel. Eso lo confirmó Sony. ¿Quién gana, y quién pierde? El fanático pierde seguro, porque no se sabe quién ni cómo producirá una nueva historia de su héroe favorito. No le importa si al comienzo se ven los cuadritos de Marvel, y/o el logo de Sony.

Así que el personaje que muchos mirábamos a la hora del Nesquik, en dibujos animados por la tele, y que apareció por primera vez en el cómic de antología Amazing Fantasy (10 de agosto de 1962), no tiene futuro asegurado.

Pero desaparece­r, no va a desaparece­r. Peter tiene aún mucha telaraña para lanzar.

Es un divorcio de un matrimonio -o, mejor, de una unión comercial más que civil- entre Marvel, Disney y Sony.

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