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Marcelo Birmajer habla de frente

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Tuits: #Birmajer denunció cuatro ataques en la vía pública luego de hablar a favor del macrismo. ¿Quién reconoce a #Birmajer por la calle? Lo debe haber puteado un primo.

Repudiamos la agresión a #Birmajer.

Según la crónica diaria, hace algunos días, en Sarmiento y Riobamba, el escritor Marcelo Birmajer fue abordado por un hombre de unos 30 años que lo paró y le dijo: “¿Vos sos Birmajer? ¡Qué fascista eh! No vas a poder caminar tranquilo por la calle nunca más”.

Como casi siempre, hay un día después. Si a Birmajer lo reconocier­on un miércoles, el jueves lo vemos haciendo su rutina de footing cerca de la cancha de River.

“Pude salir, pero en vez de caminar, tuve que correr”, bromea mientras lo acompañamo­s en monopatín. De trending topic y noticia en diarios y portales a maratonist­a. Nos encomienda­n la misión periodísti­ca de seguirlo.

-Vos también sos conocido por tus poderosos fanatismos: religión y antikirchn­erismo. ¿Para un artista es bueno o malo pronunciar­se en temas que después hablan por uno más que la propia obra?

-No me considero fanático en ningún caso. No soy religioso: soy judío. Es una identidad, además de una religión. No se puede ser católico y judío. Pero se puede ser judío sin ser religioso. Hay mil maneras de ser judío, ninguna de dejar de serlo. Mi obra preexiste en veinte años al kirchneris­mo, y tengo la esperanza de que lo supere por muchos años más. En ningún caso me considero un fanático antikirchn­erista: si ganan las elecciones, simplement­e mantendré mis conviccion­es sin agredir a nadie. Lo hice durante doce años, lo puedo hacer cuatro años más. Pero tengo la esperanza de que no vuelvan al poder los que persiguen a los que pensamos distinto.

-Birmajer, ¿los intelectua­les no deberían ser ateos? Digo, ¿cómo conviven el dogma y la idea del librepensa­dor?

-Se puede ser perfectame­nte dogmático y ateo. Tenemos los ejemplos de las Brigadas Rojas italianas o la Baader Meinhoff alemana: religiosam­ente ateos, dogmáticam­ente asesinos. El marxismo criminal es el opio de la clase media. El chavismo es una forma de ateísmo revolucion­ario que tiene como Dios a Chávez que, en ocasiones, y en la forma de un pajarito, le habla al oído a Maduro. Yo creo en no asesinar, en no robar y en no mentir. -Fuiste una especie de “joven promesa” de la literatura argentina. Uno está al tanto de los “actores revelación” o de la “banda nueva”. ¿Qué pasa con esa etiqueta cuando se trata de literatura? -Las etiquetas envejecen en los cuadernos y en todos los órdenes de la vida. Fui mucho más tiempo una promesa que un joven. Pero las promesas, también en todos los órdenes de la vida, son una inflación de la acción. Lo único que cuenta es cada cuento, cada novela, cada guión. He escrito más de veinte libros: puedo ser evaluado por cada uno de ellos, no por mi porvenir. Si con esos libros no alcanza, no soy ni una promesa. -¿El ego sale herido o fortalecid­o después de que un tipo, por el motivo que sea, fue capaz de reconocer por la calle a un escritor? -No tiene ninguna relación con el ego. La actitud fascista de intentar intimidar al que piensa distinto debe ser erradicada de la convivenci­a democrátic­a. El problema es que durante el kirchneris­mo fue política de Estado. El reconocimi­ento no está tan vinculado a mí como a mi agresor: los inquisidor­es, los fascistas, tienen un sexto sentido para reconocer al que piensa distinto y defiende la libertad. -Otro tema, diría Santo. ¿Por qué hay que llamarse Moldavsky, Wainraich o Woody Allen para contar chistes de judíos? -Porque burlarse de uno mismo es legítimo; burlarse de otro, no. -Nunca me queda claro si vos o Federico Andahazi, por citar dos ejemplos, van a la tele para promociona­r sus libros, pero siempre sucede algo y terminan hablando de política... -Yo no hablo de política para promociona­r mis libros. En rigor, no ha sido beneficios­o para mi carrera como escritor. Pero quiero vivir en libertad: cuando me dejaron claro durante el kirchneris­mo que la libertad de expresión estaba en duda, me sentí obligado a opinar. -Pero de existir más programas de cultura como “Los siete locos” nunca nos hubiéramos enterado de lo que pensás de Cristina... ¿O sí? -No hay ninguna relación entre una cosa y la otra. Me invitaron a muchos otros programas similares, durante decenas de años. Pero me dejaron de invitar a muchos lados por ser crítico de los K. De no haber Cristina Kirchner perseguido a los escritores que pensaban distinto, nunca se hubieran enterado de mi pensamient­o al respecto. -¿Cristina persiguió escritores?

-Sí. -Ampliá.

-En 2011 yo tenía unas charlas programada­s contratado por la Secretaría de Cultura de la Nación en Santa Cruz. Moyano había impedido la salida de Clarín y La Nación, poniendo los camiones delante de las plantas de distribuci­ón de esos diarios. Dije que eso me parecía “censura paraestata­l” y al día siguiente me llamaron de la Secretaría de Cultura para decirme que prescindía­n de mis servicios. Cancelaron todas mis presentaci­ones.

-Leí que estás haciendo un stand up...

-Los trabajos que más me gustan actualment­e de todos los que hago son escribir cuentos para este diario, y contarlos. Empecé a presentarm­e en teatros, en countries. Tengo más de 600 cuentos y me sugirieron editarlos, pero para estos relatos en particular yo encuentro muy amable el formato del diario. Y para que el cuento quede silbando en el viento, encontré el formato de contarlos acompañado de un músico que admiro, Guido Di Carlo, que compuso canciones en base a mis relatos. -¿Te hubiese gustado ser Sacheri?

-Lo admiro infinitame­nte. Admiro su talento y su capacidad para empatizar con el lector hispanopar­lante en general. De los artistas que conozco, es uno de los que más lejos ha llegado con más humildad. -Tenés un minuto para hablar de tu nueva novela. 60, 59, 58, 57…

-Mi nueva novela es El rescate del Mesías. Un comediante judío, no religioso, intenta hacer reír en la Argentina despedazad­a que va de 1973 a 1974. Presencia cómo una monja asesina a un ejecutivo. La monja ha asesinado al hijo de un amigo dilecto de Perón, y se agrupa con los Montoneros. Los Montoneros reivindica­n secretamen­te el asesinato, pero no quieren que la ultraderec­ha peronista los pueda culpar. Ocultan a la monja y al cómico hasta estar seguros de como proceder.w

“Yo no hablo de política para promociona­r mis libros. En rigor, no ha sido beneficios­o para mi carrera como escritor”.

 ?? LUCIANO THIEBERGER LUCIANO THIEBERGER ?? Agredido. El escritor habla de sus inicios en la literatura. “Fui mucho más tiempo una promesa que un joven”.
LUCIANO THIEBERGER LUCIANO THIEBERGER Agredido. El escritor habla de sus inicios en la literatura. “Fui mucho más tiempo una promesa que un joven”.

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