Banksy deja su huella en una vieja cárcel
Su obra en el muro exterior apoya la idea de transformar una prisión cerrada en centro cultural.
En una entrevista publicada en Huffpost dice que la relación con su pareja está basada en la confianza, y que la confianza propiamente dicha es la posibilidad de tirarse pedos delante del otro.
Xunise (www.biancaxunise.com) cuenta que su novio y ella empezaron a hacerlo a los pocos días de conocerse y, de alguna manera, supieron que gracias a esos sonoros u olorosos movimientos intestinales eran el uno para el orto (¡perdón!, para el otro).
“Siempre arranqué siendo amiga de la mayoría de los chicos con los que he salido, de modo que fueron conociendo todos mis hábitos, incluso antes de besarnos”, declaró la simpática Maitena que nos faltaba.
A Mariana Kerz le gusta adornar poco y evita al secreto de todas las cosas que normalmente lo merecen.
“Algunas parejas prefieren que este tipo de situaciones se den en privado, en el baño, lejos de la presencia del otro. Por vergüenza, moral o el tipo de educación que hayan recibido; y no está bien que ocurra. Lo importante no es la determinación que tomen en relación a estas situaciones naturales, que lógicamente van a seguir ocurriendo dentro de una pareja, sino que puedan dialogar abiertamente de las preferencias individuales relacionadas a estos temas. Algunas personas, por ejemplo, prefieren ir al baño cuando su pareja no está presente, o les piden que salgan a hacer alguna compra o esperan que se vayan a trabajar para poder sentir cierta “tranquilidad” y tener privacidad. Otras, en cambio, no tienen inconveniente en tirarse gases o ir a hacer caca al baño cuando su pareja está presente. Incluso aprendieron a reírse de sí mismos junto con la pareja. El diálogo es la mejor herramienta. Llegar a acuerdos, “negociar” los momentos escatológicos de la pareja también hace al crecimiento basado en prácticas divertidas, placenteras y por supuesto, reales.
-Llegado el caso, ¿es más traumático un pedo o una falta de erección?
-La falta de erección puede resultar más traumática y perturbadora. Al pedo lo interpreto como una barrera, como una línea que se cruza. Quizás tenga que ver con un vínculo que ya fue establecido. Pero la falta de erección trauma, y mucho, a los hombres que la padecen. Les da tanto miedo de que les vuelva a pasar, que terminan regresando a la misma situación generada por no poder conectar con el placer, por no poder dar con el punto erótico del encuentro. Están tan conectados con la falla, con la dificultad, con sentirse fracasados, que vuelven al conflicto al extremo de no querer encontrarse ni para tener una cita. Empiezan a tener síntomas muy parecidos a los del ataque pánico. Es otra cosa. Tirarse un pedo es algo que se puede manejar desde la empatía, pero las disfunciones son más traumáticas porque las mujeres, muchas mujeres, se toman mal esa situación. Creen que eso se da porque el hombre es gay o porque ellas no lo atraen lo suficiente o porque están con otras. Allí también hay mucho tabú.
-¿Es más complicado tener relaciones sexuales con una persona nueva, o dormir con una persona nueva?
-Dormir con otro es un acto más íntimo que tener relaciones sexuales. Se tienen relaciones y cada uno se va a su casa. Eso no tiene nada de malo, es casi normal como procedimiento. Dormir con otro pone en juego la confianza y es dar un paso más. Un día me quedo a dormir, al otro día te llevo el cepillo de dientes y así me voy instalando. En este caso, yo hablaría de intensidad y tiene que ver con lo que aporta cada uno al vínculo afectivo para poder resolver las situaciones que se presentan. Hay que bajar los decibeles de exigencia. Las mujeres somos muy crueles. Esto daría para otra charla: cómo reaccionamos las minas ante las disfunciones eréctiles. Yo trabajo con parejas estables, de hace mucho tiempo, parejas con hijos, donde la mujer es más que hostil en referencia a la disfunción del hombre.
-A diferencia del pedo, el eructo parece tener una perspectiva bastante más sana. ¿Se puede plantear la diferencia entre uno y otro?
-Puesto desde esa perspectiva, es probable, puede ser. Pero hay un pacto social que te explica cuáles son los buenos comportamientos en una mesa. Es un proceso natural, biológico, normal, sí, estamos de acuerdo, pero también podés evitar la violencia de eructarle al otro en la cara. Hay que ver hasta qué punto es natural y hasta qué punto esa persona que uno está conociendo es una irrespetuosa.w