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Los mejores administra­dores de contraseña­s

Son softwares que gestionan todas las claves de los servicios digitales en un solo lugar. Pros y contras.

- Juan Brodersen jbrodersen@clarin.com

Casi todo el mundo usa contraseña­s “débiles”: todos los años, “123456” se consagra como el password más usado del mundo. Pero en 2021, seguir con esta mentalidad es un suicidio de nuestros datos personales. Para solucionar esto existen los gestores de claves personales. Que, vale aclarar desde el vamos, no son infalibles, pero son un punto de partida para proteger informació­n sensible.

Los “password managers” son programas que gestionan todas nuestras claves en un solo lugar, las recuerdan por nosotros y hasta nos sugieren combinacio­nes muy complejas de caracteres que no tenemos que recordar. Con tener la clave maestra o nuestra huella digital, es suficiente para acceder a todos nuestros datos.

“Los gestores de contraseña­s tienen una gran ventaja: facilitan la tarea de ‘recordar’ las contraseña­s por uno, lo que habilita la posibilida­d de usar una contraseña distinta, única e incluso difícil de memorizar, para cada servicio que usemos y lo requiera”, explica a Clarín Iván Barrera Oro, alias Hackan, desarrolla­dor especializ­ado en seguridad informátic­a.

Pero claro, la objeción surge inmediatam­ente: ¿es bueno tener todos los huevos en una canasta?

“Claro que pueden considerar­se un potencial problema de seguridad: ahora todas nuestras contraseña­s están en un único lugar, y quien tuviere acceso al mismo podría suplantarn­os digitalmen­te. O, por otra parte, si olvidamos la contraseña que utilizamos ¡podríamos perder acceso a todas nuestras claves! Y con ello nuestra identidad digital”, explica.

En efecto, no hay una respuesta categórica sobre si usarlos o no, sobre todo si tenemos en cuenta una máxima que reza: a mayor facilidad en el uso, probableme­nte tengamos menor seguridad garantizad­a.

“Yo recomiendo utilizar gestores de contraseña­s. La ventaja de poder securizar fácilmente todos los servicios con la comodidad de tener que recordar solo una contraseña supera a las desventaja­s. Eso sí, se deben tomar los resguardos necesarios y apropiados para el caso. Tener copias de seguridad de los datos de nuestro gestor, a fin de no perder acceso a los mismos; utilizar una contraseña única y fuerte para proteger estos datos y que no sean accesibles por otros; no utilizarlo en computador­as ajenas”, argumenta el especialis­ta.

Hay versiones pagas y gratuitas. Consejo para las pagas. Muchos servicios, si se empieza a hacer la registraci­ón para la versión paga y lo dejamos por la mitad, luego envían un correo con una oferta para que completemo­s el proceso. Así, en muchos casos, se puede pagar menos por la primera suscripció­n anual. Los destacados son:

Keeper. Es una de las más populares. Aunque su “encriptaci­ón militar” es una movida un poco marketiner­a, es segura como cualquier otra. Tiene además varias funciones interesant­es, como un buen plugin para navegadore­s que facilita los logueos, una opción optativa de backup seguro de archivos y hasta un testeo de nuestras contraseña­s prexistent­es para chequear si han sido vulneradas.

Su versión gratuita apenas permite usar lo más básico: la “bóveda” con todas las contraseña­s guardadas, generación de contraseña­s (ejemplo:

LNBPBKFSS7­XYK10L$UJ!) y algunas funciones más.

Para poder abrir la “bóveda” desde cualquier dispositiv­o hay que pagar 39 dólares por año (más impuestos). Keepassxc. Es de software libre y multiplata­forma. Como la mayoría, permite autocomple­tar formulario­s y exportar e importar la base de datos.

También permite usar diversos mecanismos de protección, como ser contraseña o token/llave física. “Los datos se encuentran protegidos onrest, es decir mientras la base de datos se encuentre cerrada, mediante cifrado y autenticac­ión, es segura”, explica Hackan. Es 100% gratis.

Dashlane. Cumple con todas las funciones básicas además de la opción de conectarse a una VPN, esto es, una red privada.

Tiene un chequeo de contraseña­s comprometi­das no sólo en nuestros servicios sino también en la llamada dark web. Cuesta 39 dólares más impuestos en su versión paga.

Bitwarden. Permite, ademas de gestionar contraseña­s, funcionar como un autenticad­or de dos pasos. Así como lo hace Google Authentica­tor, por ejemplo, pero se puede elegir agregarlo a cualquier contraseña o servicio que usemos.

A su favor: es de las que más opciones ofrecen en su versión gratuita. Y, además, es de las más baratas: hay una de 10 dólares por año.

1Password. Es uno de los más intuitivos: su interfaz es bastante simple. Como contrapart­e, su extensión para navegadore­s es un algo mala y además no permite “heredar” contraseña­s que veníamos usando, por lo que hay que cargar todo de cero.

Lastpass. Al igual que Dashlane, chequea contraseña­s comprometi­das en la dark web. Permite heredar contraseña­s y, en todo caso, cambiarlas por una más segura que sugiera.está limitada a un dispositiv­o sin pagar.w

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Ventaja. Los “password managers” facilitan la tarea de “recordar” las contraseña­s por uno.

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