Clarín - Clarin - Spot

La ilusión de ser un señor narigón arriba del escenario

Protagoniz­ará “Cyrano de Bergerac”, cerrando así un círculo sobre la motivación que lo llevó a interesars­e por la actuación.

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Es 1977 y el Puma Gabriel Goity es un pibe de dulces 16 años que ya tiene entradas capilares y sabe que va a quedarse pelado a los 26. Está con su abuelo en la puerta del Teatro San Martín, calle Corrientes, queriendo saber -como aquel personaje de Carlitos Balá

“cuando nos vamos”. Pudiendo ir a ver a Huracán, el señor prefirió llevar a su nieto a una función del Cyrano de Bergerac, protagoniz­ada por el ilustre Ernesto Bianco. El Puma ya es el Puma, un adolescent­e caído de un árbol que juega rugby y nunca antes vio una obra.

“Quiero hacer de Cyrano”, le dirá a su abuelo (QEPD) a la salida. Hoy, a los 63 años, vueltas de la vida, Goity será quien tanto quiso ser.

El deseo es un marroc envuelto en papel de oro. Antes, un par de años antes, durante la pandemia, hay que imaginar a Goity golpeando la puerta de la dirección del San Martín, sin ninguna cita previa, sólo para decirle a una de las autoridade­s: “Hola, perdón la molestia, quiero hacer de Cyrano”.

O hablando con su amigo Guillermo Francella: “Che, ¿por qué no movés algo, un contacto? Me gustaría hacer de Cyrano”. El estreno será el próximo 15 de noviembre. ¿Lugar? El mismo de la fábula de su infancia, el Teatro San Martín.

“Lo que me pasó a mí cuando vi actuar a Ernesto Bianco, lo que sentí, lo que me impactó, su actuación... ¡¿vos entendés de lo que te estoy hablando? ¡¿Entendés lo que esto significa para mí?!”.

Entre paréntesis, el 2 de octubre de 1977, justamente después de una función de Cyrano, personaje con el que había vuelto al teatro tras una larga ausencia y críticas extraordin­arias, Bianco regresó a su casa y empezó a quejarse de algunos dolores de cabeza y cansancio. Decidió irse a la cama. Falleció mientras dormía víctima de un infarto provocado por una aneurisma cerebral a los 55 años de edad.

“¡¿Entendés, Hernán, lo que esto significa para mí?!...”. Te quedás mirándolo. ¿Está por llorar?

Oh, Cyrano... Es un sentimient­o, no puedo parar

Es difícil traducir en palabras los sentimient­os. Pero Goity debe ser la única persona del planeta que habla de Cyrano como si estuviera en el paravalanc­has de una cancha de fútbol.

“Si a la gente no le gusta la obra, me chupa un huevo, esto es lo máximo para mí. Pero difícil que no le guste, imposible: está hecha con el corazón en la mano. Ensayamos como locos, todo el día estamos dándole. Hace un año que estudio a Cyrano...”.

-¿Es muy difícil?

-La letra me asusta. Si la pienso mucho, pierdo. No me salía, no la podía digerir. La repetición es un arte. Para aprender el primer bocadillo, para creérmelo, tardé un montón...

-Leo que en el elenco está Larry de Clay.

-Sí.

-¿Es otro o es el mismo de Tinelli? -Es él. Ibamos juntos al Conservato­rio. Fue idea mía convocarlo. Va a hacer un papel que le queda realmente fantástico.

-Los actores no se hacen ni ricos ni famosos por esta vía. ¿Me explicás esa calentura cada vez que ustedes hablan de “hacer teatro”?

-El teatro es una comunión…

-Uhh…

-No, pará, pará, un momento... - dice con cara de actor del carajo-. Yo no vendo humo, eh, eso no, no es lo mío. Te digo lo que te digo porque es lo que siento. El teatro es una comunión, sea lo que sea que uno actúe. Yo me mentalizo pensando que siempre es la última función. Y lo vivo así. La función no se suspende por nada. Es un rito. Empecé a actuar por el teatro. Todo bien con la tele y el cine, pero mi vocación es teatral. Es lo que yo elegí.

-¿Hay actores con los que no trabajaría­s?

-Sí.

-...

-No te los pienso nombrar. Actores. Actrices. Por ahí pagaría una entrada por ellos, pero no compartirí­a un proyecto ni en pedo. Antes de agarrar un trabajo, por ese mismo motivo, yo pregunto quiénes van a trabajar.

Los -¿Qué buenos es ser actores “buen actor”? -Un buen actor es alguien a quien podés disfrutar sin tener que entender nada. -Ricardo Darín.

-Darín es piel... piel... -¿Piel?

-¡Cometela toda, sí! Piel. Las películas de Darín te las ves todas. No hay que ser entendido en nada. Eso es cuestión de cuatro elitistas que se propusiero­n que la cultura sea algo importante. Beethoven es para todos. Mozart. Los clásicos. Cyrano es para todos. No hay que ser un entendido, hay que ser sensible.

Este Cyrano llegará un poco más acotado que la versión de 1977, que duraba más de cuatro horas. Goity: “Se modernizó en algunas cuestiones y me parece bien porque cambiaron los tiempos. Y el público”.

De todos modos, Cyrano seguirá siendo el soldado poeta valiente, orgulloso y sentimenta­l con su gran defecto de fábrica: la nariz enorme que roza el ridículo. Será el mismo que está enamorado de una mujer hermosa, su prima Roxane.

Goity encabeza un elenco numeroso en esta versión de la pieza de Edmond Rostand. La obra está dirigida por Willy Landin y las funciones irán de miércoles a domingos a partir de las 20, en la Sala Martín Coronado.

Entre otros, va a estar rodeado por María Abadi, Mariano Mazzei, Mario Alarcón, Daniel Miglioranz­a, Iván Moschner, Larry De Clay, Dolores Ocampo, Fernando Lúpiz y “Curly” Jiménez.

Pasa un fulano que lo reconoce. Goity recibe el elogio con una mueca de modestia evidente. No hay foto, no hay autógrafo, sólo un cálido apretón de manos seguido de reverencia­s mutuas. La importanci­a del trabajo

-¿Llegaste a creértela? -Sí, claro, era más tierno, tenía presiones y el medio pide. Con el tiempo aprendí, como dicen los jugadores de fútbol, que hay que seguir trabajando. -Suena lindo, ¿cómo sería eso?

-Encaro cada proyecto de cero, como si nunca hubiera hecho nada antes. Es una buena fórmula. A mí me sirve.

-El defecto de Cyrano es la nariz. ¿El tuyo? -Tengo un complejo muy grande, por eso me enamoré de Cyrano. Era sumamente acomplejad­o. Mala autoestima, pensaba que era feo, me

autoexcluí­a. Amaba profundame­nte a Elizabeth, una chica del barrio que sabía que no me iba a mirar por feo, por tener las patitas flacas. Un tema mío, de la cabeza… -¿La pelada?

-La pelada no... -Está bueno que te digan “Puma” en vez de “Pelado”.

-La pelada me fue acostumbra­ndo de chico. Yo sabía que iba a ser pelado. Se me notaba... -¿Con quién te confunden?

-Con Abel Pintos. -Jajajaja. -Vos preguntás, yo contesto. -¿Sos famoso como quién? ¿Como Luis Luque?

-No me quiero hacer el humilde, porque no lo soy, pero ni idea, no pienso en eso. Primero fui “el pelado” de tal programa. Después: “¿Qué hacés German Kraus?”, porque trabajaba con Germán Krauss. Después viene el reconocimi­ento, cuando te dicen “Goity”. Relacionan tu cara con tu apellido. Y finalmente lo de “Puma”. Bueno, eso es la gloria. -Tenés fama de "actor todoterren­o", pero a esta altura debés considerar­te una figura. ¿O no? -¡Pero producto de mis actuacione­s! Yo no soy conocido por ninguna otra cosa que no sea por mi carrera. -Es verdad. A ver: ¿qué clase de mujeres te gustan?

-No hablo de eso. Detalles, no. La vida de los artistas, si es casado o no es casado, hijos, parejas, si caga o no caga, no me importa en lo más mínimo.

Si a la gente no le gusta la obra me chupa un huevo. Ensayamos como locos, todo el día dándole. Hace un año que estudio a Cryano”.

 ?? ARIEL GRINBERG ?? “¿Entendés lo que es esto para mí?”. Enfático y franco, el actor se refiere a la emoción de un hito de su adolescenc­ia que desde el 15 de noviembre se hará realidad.
ARIEL GRINBERG “¿Entendés lo que es esto para mí?”. Enfático y franco, el actor se refiere a la emoción de un hito de su adolescenc­ia que desde el 15 de noviembre se hará realidad.
 ?? ?? Honestidad. “No soy conocido por otra cosa que no sea mi carrera”.
Honestidad. “No soy conocido por otra cosa que no sea mi carrera”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina