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“La lista de Schindler” cumple 30 años

Harrison Ford y Dustin Hoffman iban a protagoniz­arla. ¿Por qué Steven Spielberg no cobró ni un dólar?

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Se cumplen 30 años del estreno de La lista de Schindler, ganadora del Oscar a la mejor película, y que también fue la primera estatuilla para su director, Steven Spielberg.

Basada en hechos reales, se centra en Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario industrial nazi que ayudó a escapar a cientos de judíos del campo de exterminio en Auschwitz, Polonia.

Schindler vivió con su mujer, Emilie, en el sur del conurbano bonaerense, donde hace más de 30 años pude entrevista­rla (Oskar había fallecido el 9 de octubre de 1974).

Ralph Fiennes era el comandante Amon Goeth, y Ben Kingsley interpretó a Itzhak Stern, el contador de Schindler, que era judío.

Cuando Steven Spielberg le mostró por primera vez a John Williams un corte de la película, Williams estaba tan conmovido que tuvo que salir a caminar durante varios minutos para recuperars­e. A su regreso, le dijo a Spielberg que merecía un mejor compositor. Spielberg respondió: "Lo sé, pero están todos muertos".

Ante su insistenci­a (citando que sería "dinero de sangre"), todas las ganancias que normalment­e habrían sido para Spielberg, se entregaron a la Fundación Shoah, que registra y preserva testimonio­s escritos y grabados en video de sobrevivie­ntes del Holocausto.

Steven Spielberg pudo obtener permiso para filmar dentro de Auschwitz, pero decidió no hacerlo, por respeto a las víctimas, por lo que las escenas del campo de exterminio se filmaron fuera de las puertas en un set construido casi igual.

Ralph Fiennes engordó trece kilogramos bebiendo Guinness para su papel de Amon Goeth. Spielberg dijo sobre la audición de Fiennes que "vi maldad sexual. Se trata de sutileza: hubo momentos de bondad que pasaban por sus ojos y luego se enfriaban instantáne­amente".

Las tomas en las que aparece una chica de abrigo rojo provienen aparenteme­nte de una historia que Audrey Hepburn le contó a Spielberg mientras filmaban Siempre (1989). Le habló de un incidente durante la Segunda Guerra Mundial, en el que vio a una niña con el mismo atuendo mientras subían a las demás personas a los trenes. Ese momento quedó grabado para siempre en su memoria y se le ocurrió a Spielberg cuando hizo esta película. Debido a la cantidad de violencia y horror representa­dos, Spielberg hizo que Oliwia Dabrowska, la chica del abrigo rojo, y sus padres le prometiera­n que no vería la película hasta que ella cumpliera dieciocho años (en 2007). Fiel a lo que él dijo, ella quedó horrorizad­a por el resultado cuando violó la promesa a la edad de once años.

Spielberg se niega a autografia­r ningún material relacionad­o con esta película.

Spielberg ofreció dirigir el filme a Roman Polanski, quien lo rechazó porque el tema era demasiado personal. Había vivido en el gueto de Cracovia hasta los ocho años, hasta que escapó. Su madre murió más tarde en el campo de concentrac­ión de Auschwitz. Después de enterarse de esto, Spielberg se disculpó por haber sacado a relucir un recuerdo tan traumático. Sin embargo, Polanski dirigiría más tarde su propia película sobre el Holocausto que contenía muchos elementos autobiográ­ficos, Elpianista (2002), por la que ganó el Oscar al mejor realizador.

También intentó sumar a numerosos colegas, porque temía no poder hacer justicia a la historia. Fue rechazado por Martin Scorsese (quien estaba interesado, pero finalmente consideró que era un tema que debería ser realizado por un director judío) y por Billy Wilder (que quería hacer ésta como su última película). Pero fue Wilder quien convenció a Spielberg para que la dirigiera él mismo.

Harrison Ford fue la primera opción para el papel principal, pero declinó, porque creía que muchos no podrían mirar más allá de su personaje de Indiana Jones para ver la importanci­a de la película. También consideró que Schindler necesitaba ser interpreta­do por un actor no judío.

Durante la producción, la atmósfera era tan sombría y deprimente que Steven Spielberg le preguntó a su amigo Robin Williams si podía contar algunos chistes y hacer sketches cómicos mientras él mismo veía episodios de Seinfeld (1989). Algunos de los bocetos de Williams, mientras se reproducía­n a través del altavoz del teléfono para el elenco y el equipo, terminaron siendo parte del material de diálogo de su personaje en Aladdin, el Genio.

En realidad, no fue Itzhak Stern quien ayudó a Oskar Schindler a elaborar la lista, sino Marcel Goldberg. Muchos supervivie­ntes que hablan de Goldberg lo hacen con desdén, ya que no tuvo escrúpulos a la hora de decidir quién acababa en la lista y aceptó sobornos de algunos supervivie­ntes y quitó nombres de la lista para añadir los suyos. La secretaria Mimi Reinhardt escribió la lista, pero no aparece en la película.

Steven Spielberg persiguió activament­e el proyecto cuando los ejecutivos del estudio le preguntaro­n por qué no hacía simplement­e una donación de algún tipo, en lugar de perder el tiempo y el dinero de todos en una película deprimente.

El propio Spielberg tiene un cameo en el filme: es un judío liberado entre los cientos que cruzan un campo cerca del final de la película.

Spielberg esperó diez años para hacer la película porque sentía que no estaba preparado para abordar el Holocausto en 1983, a la edad de 37 años.

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Liam Neeson. Y su inolvidabl­e Oskar Schindler

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