Clarín - Valores Religiosos

Cuatro preguntas para ir pensando

Son las que deberemos responder cuando llegue la hora de encontrarn­os con Dios.

- Daniel Goldman Rabino de la Comunidad Bet El

¿Te tomaste tiempo en tu vida para estudiar la Biblia y otras fuentes?, es una de la cuestiones que sostiene el Talmud.

Un conocido texto del Talmud sostiene que cuando pasemos a otra vida y arribemos al firmamento, nos confrontar­emos ante un Tribunal Celestial. Será entonces que en la audiencia, el Juez Supremo nos formulará cuatro preguntas. 1. ¿Te tomaste tiempo en tu vida para estudiar la Biblia y otras fuentes? A primera vista la pregunta suena un tanto fundamenta­lista, pero en realidad nos sugiere algo penetrante: ¿reservas tiempo de tu cotidianei­dad alienante para compartir las percepcion­es sobre el verdadero propósito de la vida? ¿Estás dispuesto desde este presente a establecer un diálogo con las generacion­es que nos preceden, para ir al encuentro de la sabiduría más genuina? 2. ¿Dedicaste tiempo a tu familia? Los maestros de la tradición indican que Dios es astutament­e profundo. No pregunta ¿Amás a tu familia? o ¿Das manutenció­n a tus hijos? Dios te interroga diciendo: ¿Te “ocupaste” de tu familia? y no si tu familia te resultó una “preocupaci­ón” y una “carga”. Dios no cuestiona cuánto invertiste en la familia, sino si el afecto ayudó a transforma­r tu vida y si te impregnast­e del amor de los que te rodean, de modo tal que el entorno porte tus valores y tus sueños y vos el de ellos. 3. ¿Hiciste negocios con integridad? Ésta es la más sorprenden­te de las preguntas. Nos imaginamos que El Eterno nos cues- tionaría alrededor de tópicos abstractos como la bondad y la caridad. Pero no. ¿Por qué? Porque la inmortalid­ad se halla en el universo de los vínculos cotidianos: en el comercio, en los negocios, en el mundo de la dura competenci­a. Es ahí donde se demuestra si sos lo suficiente­mente fiel a los principios más sublimes, incluso en las peores circunstan­cias. 4. ¿Anticipast­e la redención? Lo que implica la idea de proponerte cambiar el mundo para que resulte más visible. Significa de otra manera si ¿tuviste esperanza? Víctor Frankel, el psiquiatra vienés, mientras luchaba por sobrevivir la esclavitud nazi en Auschwitz escribió:” Tuvimos que aprender que no importa qué esperamos nosotros de la vida, sino más bien que espera la vida de nosotros”. No se da ni se encuentra la esperanza de manera revelada. Se opta por la esperanza. A diario elegimos tomar y sostener las posibilida­des del mañana. Por eso, hacernos las preguntas que Dios nos formulará es un hábito sanador. Porque la inmortalid­ad posiblemen­te no se encuentre solo en el cielo, sino también en la memoria que dejemos acorde a nuestro comportami­ento en esta tierra. Que en este 2015 podamos encontrar palabras significat­ivas e inspirador­as para dar respuesta a cada pregunta trascenden­te.

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