La historia prueba los aportes del Islam
Son diversas y profundas las contribuciones civilizatorias islámicas para el progreso de la humanidad. Hay una labor inmensa al servicio de la paz.
El Islam es una religión de profundas contribuciones civilizatorias con más de 14 siglos de inconfundible y continuo progreso para la humanidad. La ignorancia de algunos musulmanes no puede empañar su inmensa labor al servicio del avance, el respeto por los derechos, el diálogo y la paz.
Existen notables evidencias de ello en la historia. Saber reconocerlo, distinguirlo, ser justos y objetivos al respecto es especialmente menester en estos momentos de tribulaciones. Estudiarlo, una necesidad, no sólo para los musulmanes sino ahora un mérito para toda la humanidad.
Esto se debe a que el Profeta del Islam, quien además de ser un líder valiente, restaurador de la fe monoteísta, fue un mensajero de misericordia, modelo virtuoso de compasión, justicia y perseverancia en la Fe, obediencia y respeto por los valores con los cuales fue creado el ser humano.
Dice el Corán: “Ciertamente se os ha presentado un Mensajero de entre vosotros que se apena por vuestras adversidades, se preocupa y desea que alcancéis el bien [e ingreséis al Paraíso]; es compasivo y misericordioso con los creyentes.” (Corán 9:128)
Muhammad era un hombre desinteresado que dedicó los últimos 23 años de su vida a enseñarle a sus compañeros y seguidores cómo adorar a Dios y cómo respetar a la humanidad. El Profeta Muhammad era muy consciente de la enorme responsabilidad que le había sido confiada por Dios. Cuidaba mucho de enseñar el mensaje tal como Dios lo había prescrito.
Enseñó a amar y obedecer a Dios. Enseñó a ser amables unos con otros, a respetar a los mayores, a cuidar a los niños. Enseñó que es mejor dar que recibir y que cada vida humana es merecedora de respeto y de dignidad. Enseñó a amar a las personas sean o no musulmanes como nos amamos a nosotros mismos. El Profeta Muhámmad enseñó que las familias y comunidades son esenciales, y señaló que los derechos individuales no son más importantes que una sociedad estable y moral. Nos enseñó que los hombres y mujeres son iguales ante Dios y que ninguna persona es mejor que otra excepto en relación a su piedad y devoción por Dios.
Dijo: “Tened Misericordia de aquellos que están en la Tierra, tendrá Misericordia de vosotros quien se encuentra sobre los cie- los”. El primer capítulo del Corán resume la esencia misma del Islam; está por cierto en cada oración del musulmán recitada con piedad y concentración, en su profundo significado.
Según el texto de esta “surah” el Islam lleva a la humanidad hacia la generosidad de Dios y el camino recto. “En el nombre de Allah, El Compasivo, El Misericordioso, las Alabanzas sean para Allah, Señor del Universo, El Compasivo, El Misericordioso, Soberano absoluto del Día del Juicio, Solo a Ti adoramos y solo a Ti imploramos ayuda. Guíanos por el sendero recto. El sendero de quienes agraciaste, no el de los execrados ni el de los extraviados.”
El Islam satisface las necesidades de la creencia y la razón, protegiendo al hombre de todo aquello que dañe su vida y sus bienes, preservando la salud de las nuevas generaciones, salvaguardando el honor y el intelecto del ser humano.