Firme candidato al Premio Nobel de la Paz
Muchos argentinos conocieron al padre Pedro Opeka gracias a un estupendo programa especial titulado “El santo argentino de Madagascar” que, con producción de ARTEAR y la conducción de Eddie Fitte, puso en el aire la señal de noticias TN en 2016 y que volvió a ser exhibido en abril de este año, luego de que ganara una medalla en la categoría Mejor Documental en el reconocido New York Festival.
Pero la fama del padre Opeka hace tiempo que trascendió Madagascar –el escenario de su formidable obra desde hace varias décadas- al punto de que recibió numerosos reconocimientos internacionales y se convirtió en un serio candidato al Premio Nobel de la Paz, por lo que podría seguir los pasos de la Madre Teresa –declarada santa-, que recibió ese galardón hace 38 años.
Opeka estuvo dos veces con el Papa Francisco en el Vaticano. La primera vez, tras días después de su elección como pontífice, casi por casualidad. “Fue en Santa Marta, gracias a un amigo, y cuando apareció le pedí de rodillas la bendición para los pobres de Akamasoa. Me la dio de inmediato y luego le di un abrazo al estilo argentino. Fue algo muy fraternal”, contó al diario La Nación.
Para Opeka, Francisco “es un profeta para nuestro tiempo. Quiere volver al espíritu original del Evangelio y vivir de Cristo y por Cristo. Ser servidores y no señores. Formar parte del Pueblo de Dios y no ser élite separada de sus ovejas. Desea que vayamos a las periferias, allí donde la gente sufre y sobrevive en la angustia y donde se vive con dolor y hasta se pierde el sentido de la vida”.
Fascinado con su obra, el escritor argentino Jesús María Silveyra viajó en 2004 a Madagascar para volcarla en un libro que tituló: Un viaje a la esperanza. “La vida es una lucha continua y la gracia y el amor de Dios nos acompañarán siempre para darnos fuerza, vitalidad y perseverancia en el arduo camino hacia el Reino de Los Cielos, que ya comienza aquí en esta tierra”, le dijo Opeka.