Contribuciones desde la interreligiosidad
En Ushuaia, Córdoba y San Juan las religiones hicieron aportes para una sociedad mejor.
La ejemplar convivencia interreligiosa que se vive en el país busca ir más allá del excelente vínculo entre las diversas confesiones y procura hacer aportes concretos a la paz en un mundo sacudido por tantos conflictos –en muchos de los cuales se instrumenta lo religioso para justificar los actos violentos- y el desarrollo integral de las personas. En los últimos días hubo varios encuentros y gestos que avanzaron en esta línea: el II Congreso Mundial de Diálogo Interreligioso e Intercultural desarrollado en Ushuaia; la declaración de “Zona de Convivencia Interreligiosa” a América Latina y el Caribe, concretada en Córdoba, y el II Congreso Nacional de Diálogo Interreligioso efectuado en San Juan.
La cita en Ushuaia, la semana pasada –que tiene como antecedente el concurrido primer congreso realizado el año pasado en Buenos Airescongregó a numerosas personalidades no sólo religiosas, sino de la sociedad civil y política. Entre ellas, se contaron los tres presidentes honorarios del encuentro: el presidente del Episcopado, monseñor José María
Arancedo; el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, el rabino
Abraham Skorka, y el titular del Instituto Islam para la Paz, doctor Sumer
Noufouri, presentados por la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana
Latorre. Todos coordinados por el presidente del comité ejecutivo del congreso, Gustavo Guillermé.
Durante dos días se llevaron a cabo mesas sobre temas como historia y religión ; el terrorismo internacional; el rol de la justicia en democracia; el papel del Mercosur; la trata de personas y los refugiados. Fue así que expertos en cada una de las materias – como el ex presidente Eduardo Duhalde, diplomáticos, jueces y académicos- intercambiaron con referentes religiosos y comunitarios como Adalberto Assad, titular de la Asociación Árabe Argentino Islámica; el obispo emérito Frank de Nully Brown, al frente de la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas de la Argentina (CEICA) y el arzobispo Tarasios, de la Iglesia Ortodoxa.
Los principales referentes religiosos destacaron el aporte que pueden hacer las confesiones ante las diversas problemáticas a través de la promoción de los valores que deben guiar las conductas y del fomento del diálogo para aportar propuestas. “Nos sentimos responsables, como hombres de fe, en la tarea de proponer va- lores que comprometen con la dignidad de la persona”, dijo en su exposición monseñor Arancedo. Y completó: “Es un servicio que hacemos a todos y por eso estamos los credos unidos por una fe monoteísta, trabajando, como dice el lema de este encuentro, en una senda de paz”.
En esa línea, el rabino Skorka destacó el hecho de abrir espacios como los congresos de Buenos Aires y Ushuaia en los que participan “conspicuos representantes de la Argentina y del exterior que puedan darnos un mensaje profundo sobre temas que nos afectan directamente como, por ejemplo, la esclavitud en el siglo XXI”. Y también, añadió, analizar “qué es lo que ocurre con el factor religioso, que lamentablemente a veces es distorsionado para matar en nombre de Dios”. Concluyó que “todo esto se lleva adelante sobre la base del diálogo, una materia tan pendiente en nuestro país como a nivel mundial”.
El II Congreso Nacional de Diálogo Interreligioso realizado en San Juan estuvo ceñido a los vínculos interconfesionales, pero como aporte a la convivencia en general. De hecho, el lema fue “La cultura del diálogo interreligioso construyendo la paz”. Fue organizado por el arzobispado de San Juan, la Sociedad Israelita de Beneficencia de San Juan, la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, la Iglesia Evangélica Bautista Argentina y la Iglesia mormona, entre otros cultos.
Las principales temas tratados fueron: Comunidades religiosas como actores de diálogo; libertad de culto y diálogo interreligioso y el diálogo interreligioso, herramienta de paz. Las sesiones tuvieron como objetivo “el desarrollo de un espacio permanente que promueva la cultura del diálogo entre los representantes de las diferentes religiones que se profesan en el país y los referentes de cultos de los estados nacional, provinciales y municipales”.