Beneplácito de la Iglesia para albergar sus restos
En el largo viaje de 30 años que demoró la repatriación de los restos de San Martín por diversos motivos políticos y personales que afectaron a la familia, recién en 1876 y a propuesta de José Prudencio Guerrico se presentó al arzobispo León Federico Aneiros una solicitud:
“La Comisión encargada por la municipalidad de la traslación de los restos del General D. José de San Martín, solicita de S.S. Ilustrísima y del Honorable Cabildo Metropolitano, la antigua Capilla Baptisterio de nuestra Catedral, para dar en ella digno lugar de descanso…”. Justificaba su pedido con antecedentes de grandes hombres sepultados en catedrales europeas.
Mucho se ha hablado y escrito sobre las condiciones impuestas por la Iglesia para aceptarlo. Sin embargo, los primitivos documentos consultados junto al colega Martín F. Blanco no dan señales de disconformidad alguna, resolviendo el acuerdo en sólo 15 minutos como consta en el acta:
“En 17 de Abril de 1876, reunidos en su Sala de Acuerdos, en Cabildo extraordinario, los cuatro señores dignidades y los cuatro señores canónigos, al margen inscriptos, bajo la presidencia del primero, el Secretario hizo lectura de una Nota del Ilustríisimo y Reverendísimo Señor Arzobispo acompañando las de la Comisión de la Municipalidad encargada de la traslación de los restos del General Argentino Don José de San
Martín, en la que se pedía al Honorable Cabildo la Capilla de esta Iglesia que anteriormente sirvió de bautisterio y que estaba vacía, para en el frente oeste de ella levantar un altar a Santa Rosa de Lima y en el frente Sud un sarcófago que contuviera las cenizas de ilustre guerrero de la Independencia; y acabada su lectura, el Cabildo acordó unánimemente cuanto se pedía en la precitada Nota, dando cuenta en otra al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo de este en Acuerdo, con lo que se levantó el Acuerdo a las diez y un cuarto de la mañana habiendo empezado a las diez”.
El mismo día el Dean Dr. Ángel
Brid, informaba al Arzobispo:
“Que reunido el cabildo que presido en acuerdo extraordinario, se ha expresado unánimemente conforme con el proyecto de dicha comisión, mirando como una de las preeminencias y de las glorias de la iglesia metropolitana ser la depositaría de los restos de tan ilustre varón”.
Una vez más, la luz de los documentos recorta las alas de la fantasía. Como se ve, aceptación plena y sin condiciones, como también lo fue con la permuta de la Capilla Baptisterio por la de Nuestra Señora de la Paz solicitada por la municipalidad en 1877.