Un constructor infatigable de puentes entre las religiones
Con la muerte del padre Fernando Giannetti, acaecida el 19 de enero, el ámbito interreligioso argentino pierde a un gran promotor del ecumenismo y el diálogo interconfesional, en línea con el espíritu de apertura de la Iglesia que insufló el Concilio Vaticano II. Es que con su labor desde distintos organismos eclesiásticos, Giannetti contribuyó a patentizar el clima de convivencia entre las religiones en el país que desde hace tiempo constituye un ejemplo para el mundo y del cual el Papa Francisco es un fiel reflejo.
Giannetti nació el 4 de noviembre de 1950 y fue ordenado sacerdote el 15 de noviembre de 1985. En la arquidiócesis de Buenos Aires se desempeñó como coordinador del Equipo Arquidiocesano de Pastoral de la Vicaría Devoto en 1995; miembro del Consejo Presbiteral, entre 2002 y 2005; decano del decanato 16 Lugano del 2002 al 2005; responsable de la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso. Ejerció como párroco en las parroquias San Rafael Arcángel, entre 1989 y 1995; en Nuestra Señora de la Misericordia, entre 1995 y 2015. y en Patrocinio de San José desde 2015 hasta la actualidad.
Era secretario ejecutivo de la comisión de Ecumenismo y Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones de la Conferencia Episcopal. Entre otras tareas que estaba cumpliendo se contaba ser el consultor del curso de formación en Diálogo Interreligioso que organiza hace catorce años la asociación civil Trabajar para la Caridad, promotora de Valores Religiosos, siendo muy valioso su aporte.
El rabino Marcelo Polacoff escribió ante su deceso que “para mí como para muchísimos miembros de las distintas tradiciones religiosas con las que durante décadas Fernando
trabajó codo a codo (y corazón a corazón) era un tipo esencial. Ahora que en la pandemia esa palabrita está de moda , lo “esencial” de Fernando en el ámbito interreligioso -una de sus tantas pasiones como sacerdote- tenía que ver con su acercamiento sincero, sin maquillaje, llano y siempre fructífero, para tender puentes entre el catolicismo y las demás religiones. Trabajar a su lado era realmente un placer”.
Giannetti murió luego de luchar durante varios años contra un cáncer. En tiempos de grietas y enemistades fue efectivamente un gran constructor infatigable de puentes.