¿COMO SE MANEJARA UN AUTO SIN CONDUCTOR?
El avance de los vehículos sin conductor es auspicioso. Se calcula que el mayor porcentaje de accidentes se debe a errores humanos. Pero a la hora de escribir estos programas y dejar que aprendan sobre nuestra conducta, apareció un viejo problema de la filosofía práctica, conocido como “el dilema del tranvía”. Es una situación hipotética donde un tranvía sin frenos se dirige a una colisión fatal contra cinco personas. Existe, sin embargo, la posibilidad de torcer las vías y que cambie de dirección, pero en este caso embestirá a un hombre desprevenido y lo matará, ¿cuál es la acción correcta? El choque es inevitable y las condiciones iniciales implican cinco muertes seguras, que pueden reducirse a una sola si tomamos cartas en el asunto. ¿Y si por actuar nos volvemos responsables de un asesinato? ¿O debemos pensar que matamos a alguien, pero salvamos a otras cinco vidas? El dilema podría sucederle a un coche autónomo ante un inminente choque en el que debe elegir qué embestir, ¿qué debería hacer? Una reciente investigación estadounidense optó por preguntarles a monjes tibetanos por una solución. Para ellos, “hay que desviar las vías: matar a alguien es terrible, pero la intención detrás es pura y es por un bien mayor”. No hay respuestas claras pero los programadores deberán dirimir la cuestión, ¿no les parece?