LAS CREMAS FACIALES TIENEN FECHA DE VENCIMIENTO
Cambio de estación. La acumulación de maquillajes y cremas es algo habitual, pero los productos no duran para siempre. Tienen fecha de vencimiento. Qué tener en cuenta ahora que se renueva stock con el comienzo de temporada.
Todos los cosméticos, incluidas cremas, maquillajes y perfumes, tienen una vida útil. Por eso no pueden usarse indefinidamente. Según la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), deben tener en su envase la fecha de vencimiento indicada en forma clara. “También deben contener un número de legajo que identifica al elaborador aprobado por el Ministerio de Salud. Esto permitirá asegurarse que cumple con la reglamentación vigente”, detalla la dermatóloga Karina Nadur, directora del Centro ND Skin, Dermatología Clínica y Estética. Sin esta información, el producto no es seguro. ¿Qué pasa cuando caducó? Inevitablemente se modifica. “Los cambios generalmente se perciben por medio de nuestros sentidos: varía el olor, el color, el brillo, la suavidad y su aspecto en general. Estas características se llaman organolépticas. Las modificaciones nos advierten de una alteración”, explica Marisa Gueventter, licenciada en química y coordinadora del área Transferencia de Tecnología y Productividad de Natura Cosméticos. Como no siempre se reconocen las alteraciones, Gueventter recomienda dejar de usar el producto cuando llega a su fecha de vencimiento.
“Los riesgos de la utilización de cosméticos en mal estado pueden ir desde la
falta de efectividad hasta cuadros de irritación cutánea, mucosa o infecciones”, asegura Cristina Pascutto, dermatóloga del Hospital de Clínicas José de San Martín y asesora médica de Laboratorios Dermatológicos Avéne. “Puede producirse enrojecimiento, comezón, tirantez y reacciones alérgicas. Sobre todo en las partes más sensibles del cuerpo, como el contorno de ojos o los labios”, describe la dermatóloga Claudia Sánchez, de Halitus Dermatología y Estética. Nadur advierte que este tipo de reacciones dependen en gran medida del estado de la dermis y el sistema inmunológico: “La piel sana es una excelente barrera protectora para la mayoría de las sustancias”.
Una vez abiertos, para que conserven todas sus propiedades hay que manipularlos de forma correcta. Se debe cuidar el modo de uso para evitar que se alteren. Cuando se abre una crema, por ejemplo, entra en contacto con el medio ambiente. Como sus componentes son suceptibles a la degradación, pueden perder sus propiedades o contaminarse. “Cuanto más limpias se encuentren nuestras manos al tocar una crema, más tiempo se mantendrá en las condiciones esperadas”, asegura Gueventter.
Patricia Dermer, doctora en química y análisis biológicos, también directora de la firma Lidherma, prefiere directamente no introducir los dedos en el recipiente. “Es mejor tomar el producto con una espátula y así evitar la contaminación”. A la hora de comprar, es preferible inclinarse por los que vienen con dosificador: son más adecuados que los potes.
El lugar ideal para conservarlos es otro tema. Para que no caduquen antes de tiempo, los prodcutos tienen que conservarse bien almacenados y el baño, a pesar de ser un lugar cómodo de guardado, no es el más indicado. “No es aconsejable guardar cremas o maquillajes en el baño, ya que la alta humedad y los cambios de temperatura pueden afectar su composición. Tampoco en lugares cálidos”, recomienda Pascutto. Un lugar fresco y oscuro es lo más recomendable, ya que el calor y la luz excesiva alteran su composición. Tener un portacosméticos de emergencia en la guantera del auto tampoco es una buena idea. El calor del sol los puede echar a perder antes de tiempo. Después de haberlos usado, no hay que dejarlos destapados y se deben conservar en su propio envase. Revisar pe- riódicamente el néccesaire y chequear las fechas de vencimiento es también una buena forma de cuidar la piel. Desde ya, descartar los productos usados durante alguna infección en ojos o labios para evitar el contagio. Algunos tiempos de vida útil para tener en cuenta: las leches y cremas corporales duran, aproximadamente, dos años; los perfumes y los cosméticos a base de alcohol, tres. Larga vida a la cosmética.
LOS EXPERTOS NO ACONSEJAN GUARDAR CREMAS, MAQUILLAJES O PERFUMES EN EL BAÑO. LA HUMEDAD Y LOS CAMBIOS DE TEMPERATURA LOS ALTERAN.