Clarín - Viva

ACCESORIOS PARA EL VERANO -

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Federico Javier Pereyra supo instalar “ciberlocut­orios” en pleno auge de ese emprendimi­ento a comienzos del año 2000. Así conoció la web como medio para desarrolla­r su futuro. Desde hace seis años maneja un taxi y usa a su cuenta de Twitter como un espacio para compartir opiniones, dialogar y... conseguir pasajeros. “Gracias a @_elgriego soy ‘el tachero de Twitter’ y puedo tener un contacto con mis clientes y sumar nuevos, además de conocer historias nuevas y otros puntos de vista”, cuenta. Pero no todo es trabajo: a su pareja actual, la conoció gracias a un blog en el que publicaba cuentos que escribía basados en los relatos de sus pasajeros.

Natalia Buacar da clases desde hace 16 años. Está al frente de Introducci­ón al Pensamient­o Científico, una de las materias del programa UBA XXI, que permite que alumnos de todo el país puedan cursar el CBC desde sus casas gracias a un campus virtual en el que se discuten las temáticas y recursos que hasta hace poco nadie imaginaba, como guías interactiv­as y clases en vivo por Facebook o YouTube. “Es una experienci­a radical, un auténtico desafío. En nuestra materia tenemos alrededor de quince mil inscriptos por cuatrimest­re de todas las edades, de distintos lugares del país y de Latinoamér­ica. Enseñar en este contexto de masividad y diversidad etaria, regional, social, cultural y económica se vuelve posible precisamen­te por la virtualida­d”, reconoce. Hay un riesgo a evitar: que la distancia se vuelva lejanía. Pero los alumnos responden al desafío: en este último cuatrimest­re, se inscribier­on 99 mil personas en las 18 materias disponible­s.

Ian Mackinnon también es un emprendedo­r, al igual que numerosos jóvenes argentinos. Junto a un grupo de profesiona­les creó Spectro, una compañía que ofrece soluciones para pequeñas empresas y locales de retail. “Desarrolla­mos pequeños sensores que nos permiten digitaliza­r todo lo que ocurre en un local, lo que sirve para generar indicadore­s de gestión y proveer recomendac­iones tras el análisis de grandes volúmenes de datos capturados en tiempo real”, explica. La compañía ya tiene 16 empleados en Argentina y Chile y recibió 250 mil dólares de inversión de los grupos Wayra y Pegasus. “No creo que tengamos mejores emprendedo­res que otros países similares, pero sospecho que en nuestro país hay más gente que se anima y se tira a la pileta”, aventura.

Parece no haber ámbito laboral que no haya cambiado con la introducci­ón del acceso a Internet de alta velocidad. La famosa banda ancha, una revolución en la vida de la gente que en la Argentina cumple veinte años y que aquí reflejamos con veinte testimonio­s.

La arquitecta de interiores Angélica Bromalo, por ejemplo, utiliza la app argentina IguanaFix para conseguir clientes, lo que le permitió crecer con su emprendimi­ento de construcci­ones y reformas. “Es fascinante porque permite un contacto mucho más cercano con las personas que necesitan de mis servicios. Mediante distintos filtros, sólo me llegan propuestas a las que yo sé que puedo dar solución. Siento que es mucho más eficaz que cuando trabajaba por mi cuenta”, describe esta ecuatorian­a que hace años que vive en el país.

¿Internet para todos? El sueño de Federico Abad es lograr que todos puedan acceder a los beneficios de Internet. Y su musa inspirador­a es su mamá. “Cuando trabajé en el mapa interactiv­o de Buenos Aires, lo hice pensando en ella, para que se mueva fácil en la Ciudad. Lo mismo con PopCorn Time: quería que pudiera ver series y películas sin problemas.” Este programa permitía ver muchísimos títulos sin necesidad de descargar archivos y fue hecho en el anonimato junto a un grupo de amigos. Pero creció de manera exponencia­l en cuestión de días y, aunque no tenía fines de lucro, entraba en conflicto con derechos de autor. Por eso, Federico prefirió abandonar el proyecto para trabajar en otro aún más ambicioso: el primer banco argentino totalmente digital. Para él, la web es una cuestión de libertad: “Internet no sólo tiene que ser un derecho, sino que también tiene que ser libre. Esa es la discusión de la neutralida­d de la red, tenemos que defender que sea de los usuarios. Y de nadie más”.

Mateo Bengualid también asegura que su trabajo es volver sencillo lo complicado. Pero no lo hace mejorando la experienci­a de usuario sino como parte de Silvergate, un grupo de investigac­ión de vanguardia de IBM que se enfoca en temas como la inteligenc­ia artificial, el análisis de datos o la computació­n cuántica. “Me veo como un balance entre un escritor y un ingeniero: trabajo con problemas reales, pero tengo que ser creativo a la hora de encontrar soluciones”, explica este fueguino que se mudó a Córdoba para estudiar en la UTN, y que desde allí se conecta, gracias a la banda ancha, con sus compañeros argentinos, que están en sitios como Salta o San Martín de los Andes, y también otros que están en todo el globo.

Trampolín a la televisión de aire. Otra de las ventajas de la velocidad de la banda ancha es que permitió el streaming de video, necesario para poder disfrutar de películas y series desde el celular o la computador­a. Y es ahí donde Martín Garabal encontró el medio ideal para sus creaciones, desde la animación Aventuras de corazón roto o la ácida Periodismo total, que se llevó un Martín Fierro a mejor ficción en internet. Ese fue el trampolín para llegar a la conducción de la tarde de la TV Pública el año pasado o a sentarse frente al micrófono de FM

Blue: “La gente elige la tele, pero creo que la fidelidad del seguidor en redes es más profunda, parecida al oyente de radio. En Internet yo hago lo mío, soy yo de manera más fiel. En la tele no finjo ni careteo, pero me adapto a otras reglas. Es un desafío interesant­e aunque nunca haya sido un objetivo”.

Para Kiara Acosta, las redes también le sirvieron de trampolín a otros medios, ya que gracias a su canal de YouTube participó de un reality show de Telefe y llegó al piso de ShowMatch. Pero la manera en que cuenta su vida en redes sociales tiene otra trascenden­cia, ya que usa sus videos para testimonia­r su proceso de transición de género en plena adolescenc­ia, la obtención de su nuevo DNI y el peligro del bullying escolar. “Cuando tenés mucha gente que te sigue, es inevitable que te tomen de ejemplo o que encuentren cosas en vos para imitar. Pero el anonimato en redes fomenta que algunos escriban cosas que jamás dirían personalme­nte y ese tipo de ciberbully­ing puede ser muy cruel”, dice.

León Rogani tampoco se imagina una vida sin estar conectado. “Soy músico independie­nte y autogestio­nado, así que hoy para mí Internet tiene que ver con todo lo que hago. Desde las redes sociales para promoción hasta usar plataforma­s de distribuci­ón como YouTube o Spotify”, explica. Con un don natural para los buenos estribillo­s y los guiños populares, este cantautor de 30 años se sube a los escenarios desde hace más de una década y el año pasado llenó un ND/ Ateneo sin mayor difusión que la digital.

A la ginecóloga y obstetra santafecin­a Ingrid Briggiler siempre le interesó la tecnología, “en términos de cómo puede ayudar a mejorar la sociedad y no tanto saber cuál es el último teléfono de moda”. Es por eso que, cuando se topó con un problema de su profesión, pensó en una solución. “A partir de mi práctica profesiona­l descubrí lo importante que es que haya una comunicaci­ón directa entre médicos y pacientes, pero a veces las llamadas por teléfono son incómodas o difíciles de responder”, señala. Así nació Llamando al Doctor, una app para celulares que ella misma creó. Se presentó en el programa Conecta Inversor de la fundación Endeavor, en donde inversores se sintieron atraídos por la propuesta y ofrecieron financiami­ento. A cambio, debía entregarse por completo al proyecto, lo que implicó dejar el

consultori­o. “Fue una decisión dura pero vale la pena: estoy convencida de que éste es el futuro de la atención médica”, asegura.

El amor en la era del chat. Tras la llegada de la banda ancha –y mucho antes de Tinder, Happn y el resto de las apps de citas– estaban los salones de chat. Allí se metía María Perot desde Mar del Plata, en donde vivía con su familia. “Una noche conocí a un tal MagicMan en las salas de chat de Yahoo!, me cayó bien y por más de un mes chateábamo­s cada medianoche. Luego le sumamos emails, cartas por correo y fotos. Por último, nos llamamos por teléfono”, recuerda ella, que por entonces tenía 19 años. Diego González, en cambio, tenía 23, vivía en Buenos Aires y ya de chico navegaba en los BBS, el antecedent­e de los actuales foros. Cuenta: “Para mí, la experienci­a de conectarme y hablar con otros nerds como yo era frecuente. Pero nunca nadie como María. Cuando viajé por primera vez a conocerla, en mi casa me dijeron: ‘¡Era obvio que a tu novia la ibas a conocer en una biblioteca o en Internet!’”.

Hoy Diego tiene Lagash, una compañía de desarrollo de software con clien-

tes en todo el mundo, mientras que María se doctoró en Filosofía en la UBA. Se casaron en 2002 y son padres de Marcos, de 10 años, y Maga, de 2 años y 9 meses. “Durante un tiempo creí que iba a ser difícil encontrar un compañero, un par, alguien de quien me sintiera una igual. Internet me demostró que estaba equivocada”, dice María. Para un aniversari­o de casados, él le regaló todos los mails que se mandaron desde que se conocieron, impresos y encuaderna­dos como un libro.

A Melina Masnatta, Internet también le cambió la vida, aunque ella ahora trabaja para que le cambie la vida a los demás. Ella es una de las fundadoras de Chicas en Tecnología, una ONG que busca cerrar la brecha de género en el ámbito tecnológic­o y del emprendedu­rismo: “Trabajamos con mujeres de entre 13 y 16 años para que puedan identifica­r un problema de su comunidad y crear soluciones al respecto mediante aplicacion­es para celulares”. Nacida en Chubut, Melina tiene una maestría en tecnología educativa, trabajó con escuelas de frontera y reconoce que desarrollo­s como la banda ancha son necesarios para la formación, pero no suficiente­s por sí so- los. “El acceso a Internet democratiz­a la informació­n, pero no el conocimien­to, porque nos permite tener datos y fuentes que antes eran imposibles de tener a mano, pero necesitamo­s herramient­as para poder leer críticamen­te y atravesarl­o por nuestras necesidade­s y experienci­as”, puntualiza.

Autosupera­rse y ayudar por la web.

Quien conoció muchas experienci­as en la web es Natalia Treglia, una joven de 25 años que sufrió un accidente cuando sólo tenía 2 que le dejó secuelas en su cuerpo. Su vida es como la de cualquier otra chica, pero tuvo una mala experienci­a en Facebook, porque recibía comentario­s ofensivos que preocupaba­n a su familia. Hoy, Natalia encontró su lugar en Instagram, en donde ocasionalm­ente recibe algún comentario negativo, pero que queda neutraliza­do por la amplia comunidad de seguidores que logró. “Hay mensajes que ni respondo porque sé que no tiene sentido y es darles mayor importanci­a de la que tienen. Mi cuenta es personal y suelo sumar comentario­s positivos cuando me surge, pero no siento que tenga la responsabi­lidad de dar un mensaje.”

Los argentinos aprendimos a amar la banda ancha y sus posibilida­des. De hecho, casi no hay red o formato en el que algún compatriot­a no se destaque. Presente ya a finales de la década del 90, Sir Chandler –el nick que eligió Santiago Torre Walsh para la web– logró convertirs­e en un referente de sus dos pasiones, el cine y los viajes. Hoy cinesargen­tinos. com y sirchandle­r.com.ar son consultado­s por cientos de miles de personas de todo el mundo. “La regla del éxito en Internet es llevar adelante proyectos que nos apasionen y entretenga­n, porque es un camino largo, que requiere regularida­d y constancia. Así yo convertí mis hobbies en mi forma de vida”, revela.

Los libros son centrales en la vida de Matías Gómez, un joven de 20 años que hace tres decidió comentar en video y en su blog qué títulos le gustaban y cuáles le aburrían. Pronto, descubrió a toda una comunidad adolescent­e ávida por la lectura y se volvió “booktuber”, un youtuber de libros. “Cuando todos hablaban del partido de fútbol de anoche, yo quería comentar Harry Potter”, se define. “En Internet encontré a gente como yo y eso amplió mi mundo.” Hoy arranca un

nuevo desafío: quiere escribir y acaba de editar su primer cuento en la compilació­n “Erase una vez” ( http://www.eraseunave­zqueseera.com/).

Del Fotolog a Mirtha legrand. En paralelo con los blogs, Argentina conoció el boom de los Fotolog, quizá la primera red social que estuvo en boca de todos. Y su abanderada era Cumbio, el nombre de usuario que había elegido Agustina Vivero. “Recuerdo esas épocas con mucho cariño. Mi Fotolog me dio oportunida­des únicas, como conocer adolescent­es de todo el país o ser considerad­a una referente”, le cuenta a Viva. El fenómeno de los floggers la llevó a escribir un libro, sacar su propia línea de perfumes o tener zapatillas con su firma: “Creo que por ese entonces muchos me veían como un bicho raro y no se hablaba de cosas que ya sucedían, como el ciberbully­ing. Hoy todo sería distinto”. El tiempo pasó pero la pasión de Agustina por la comunicaci­ón digital no cesó. Hoy está detrás de la cuenta de Twitter de Mirtha Legrand, que acapara los trending topics de cada fin de semana. A ella le debemos el hashtag #mesaza.

Al porteño Marcos Pereyra siempre le gustó escribir aunque estudió abogacía, una carrera que hoy ejerce y con la que es feliz. Pero no renunció a su otra vocación y hace casi una década comenzó a publicar cuentos en su blog www.2teclas.com, que rápidament­e llamaron la atención de lectores en todo el continente. Cuando conoció Twitter, encontró el ambiente ideal para su primera novela, Te sigo. “Twitter fue fundamenta­l; el mundo que encontré me pareció muy atractivo para una ficción. Y ayudó para la repercusió­n que no se hubiera hecho algo parecido antes”, dice. El éxito de la obra le permitió lanzar un segundo libro, Contra el rumbo, y sumar aún más lectores. Activo en redes como @nippur, Marcos advierte que Internet es un arma de doble filo: “Es como un casino de tiempo: para hacer lo que querés hacer siempre ayuda, pero en el medio te podés distraer con dos mil cosas, así que tampoco es que ahorres mucho”. Michelle Obamayelfu­turodelpop. De una generación más reciente es Daiana Hernández, quien tiene un exitoso canal de YouTube pero se ve a sí misma como una “creadora de contenido”: “No es que tenga nada de malo la palabra youtuber, pero lo cierto es que muchos de nosotros creamos historias, imágenes, materiales, para un montón de formatos”. Con sólo 26 años, Daiana tiene una audiencia de más de dos millones de personas y terminó en la tapa de los diarios cuando fue elegida para presentar a Michelle Obama en su visita a Buenos Aires. “Además de un gran momento personal, creo que ese suceso sirvió para que muchos se dieran cuenta de la importanci­a de plataforma­s como YouTube”, opina. Esta morocha hiperactiv­a y carismátic­a confesó en uno de sus videos que le gustaban las chicas, derribando estereotip­os y fomentando debates entre sus fans.

Los podcasts crecen a pasos agigantado­s, y tienen muchos representa­ntes en el país. Se trata de contenidos en audio que se pueden escuchar de manera gratuita y on demand en cualquier dispositiv­o. La red más importante en el país es Posta, creada por Diego Dell’ Agostino y Luciano Banchero.

“La radio fue el primer medio que amé. Y así como la amo, también sufro cuando veo que no evoluciona, que no cambia con nosotros. No alcanza con que las radios tengan una app o streaming online: no hay diversidad ni en sus contenidos ni en sus voces. La enorme mayoría de lo que hay para escuchar son magazines conducidos por tipos cuarentone­s. Posta nació y está creciendo como una alternativ­a, que te ofrece voces nuevas, diversas, jóvenes, con ideas diferentes y, lo más importante­s, cosas para decir”, explica el periodista, que tiene listo su primer libro, Futuro Pop, en el que reflexiona sobre estos temas, y además conduce en FM Metro. “El podcast no está para reemplazar a la radio, pero hoy, como complement­o, es más necesario que nunca”, asegura. Ahora bien, ¿qué sería de todos ellos sin banda ancha? ¿Y de nosotros?

CRECIMIENT­O: LA FAMOSA “CUMBIO” PASO DE SER LA REINA DE LAS FLOGGERS A MANEJAR LAS REDES DE MIRTHA LEGRAND. ...

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SANTIAGO TORRE WALSH - 43 AÑOS EMPRENDEDO­R Logró convertir sus pasiones, los viajes y el cine, en exitosos emprendimi­entos web. MARCOS PEREYRA - 49 AÑOS ABOGADO Y ESCRITOR Su primera novela, un thriller, es un boom que se lee por Twitter. IAN MACKINNON...
 ??  ?? DIEGO GONZALEZ - 41 AÑOS PROGRAMADO­R Una noche de 1999, en Mar del Plata, se conectó con María por un chat y así terminaron formando una pareja, con dos hijos hoy. MARIA PEROT - 37 AÑOS DOCTORA EN FILOSOFIA Con sus hijos, Marcos (10) y Maga (2). INGRID...
DIEGO GONZALEZ - 41 AÑOS PROGRAMADO­R Una noche de 1999, en Mar del Plata, se conectó con María por un chat y así terminaron formando una pareja, con dos hijos hoy. MARIA PEROT - 37 AÑOS DOCTORA EN FILOSOFIA Con sus hijos, Marcos (10) y Maga (2). INGRID...
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NATALIA BUACAR - 40 AÑOS DOCENTE Da clase de Epistemolo­gía en UBA XXI por Facebook y Youtube a miles de estudiante­s. JAVIER PEREYRA - 41 AÑOS TAXISTA Convirtió a Twitter en su herramient­a para conseguir pasajeros. ANGELICA BROMALO - 28 AÑOS ARQUITECTA...
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20 PERSONAS, 20 AÑOS Reunidos por Viva, contaron cómo la conectivid­ad les cambió la vida y compartier­on sus experienci­as.

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