Por qué nos arrugamos
Los fenómenos que juegan en el envejecimiento cutáneo dependen de factores genéticos, vasculares , hormonales y medioambientales, especialmente la exposición lumínica y el tabaco que en mayor o menor medida llevarán a modificaciones funcionales y estructurales. Parámetros como textura, tono y volumen se van modificando con el paso de los años. Las arrugas son la primera evidencia tangible de dicho envejecimiento, pero no todas las arrugas son iguales, podemos mencionar aquellas que se generan por movimientos musculares, las llamadas arrugas gestuales: son las primeras en aparecer a veces en forma prematura, las observamos en la frente, alrededor de los ojos y boca. Tenemos arrugas finas que van surgiendo gradualmente resultado del envejecimiento fisiológico, estas comienzan a evidenciarse alrededor de los 35 años, con el tiempo se suma la pérdida de tono con la aparición de laxitud, así como la pérdida de volumen con aplanamiento de pómulos y acentuación del surco nasogeniano, y por último arrugas que no dependen tanto de la edad sino del daño solar, mucho más marcadas sobre todo en mejillas, acompañada de una piel gruesa y la aparición de manchas pigmentarias castañas y vasculares. La primera línea de cuidados que tenemos que tener presente para mejorar o revertir algunos aspectos del envejecimiento cutáneo son los que realizamos en forma tópica como la higiene, la hidratación, la reestructuración y la fotoprotección. Hoy, los laboratorios que trabajan dentro del segmento orientado a la dermocosmética ponen sus esfuerzos en desarrollar activos patentados, con bases serias de investigación y recursos tecnológicos utilizando el mismo rigor científico que el empleado en los medicamentos.