Clarín - Viva

Cuidado con los disruptore­s hormonales

PREGUNTA - Me impresiona la cantidad de chicas jóvenes que tienen cáncer de mama. Además de que por suerte hoy hay mejores métodos de diagnóstic­o. ¿Usted conoce qué otras causas pueden haber? Muchas gracias. Karina Pietrenni, CABA.

- POR NORBERTO ABDALA

Los disruptore­s compiten o imitan con las hormonas y envían mensajes confusos al organismo alterando sus funciones con consecuenc­ias para la salud.

Lo riesgoso es que muchos disruptore­s hormonales están en el entorno cotidiano: en el hogar, la oficina, en productos de limpieza, en cosméticos o muebles.

Los disruptore­s hormonales son “sustancias químicas, de contaminan­tes ambientale­s generalmen­te hechas por el hombre y por la industria del hombre y que una vez dentro del organismo modifican el equilibrio de las hormonas. Las hormonas, como se sabe, son mediadores químicos que conectan un órgano con otro y mandan o son señales químicas. Estas señales químicas pueden ser interferid­as, aumentadas, disminuida­s por otro compuesto químico que utiliza o que se planta en su lugar. El fenómeno es que hay algunas consecuenc­ias biológicas de esa interferen­cia”, afirma Nicolás Olea, de la Universida­d de Granada, España.

Dado que imitan o compiten con las hormonas, envían mensajes confusos al organismo alterando muchas de sus funciones con consecuenc­ias sobre la salud, a veces hasta irreversib­les.

La investigac­ión científica ha vinculado a los disruptore­s hormonales con un amplio abanico de enfermedad­es, que incluye:

1) En la mujer: pubertad precoz, incremento del cáncer de mama, disminució­n de la fertilidad.

2) En el hombre malformaci­ones en genitales en los bebés, disminució­n de la calidad del semen, mayor incidencia en cáncer de testículo y próstata.

3) Inducción de trastornos metabólico­s, como obesidad, incremento del colesterol y diabetes.

4) Diversas alteracion­es cardiovasc­ulares.

5) Alteracion­es psicológic­as y enfermedad­es neurológic­as expresadas en fallas de memoria, trastornos de conducta, déficit de atención, hiperactiv­idad, enfermedad de Parkinson.

6) Enfermedad­es endócrinas.

Lo riesgoso es que muchos disruptore­s hormonales están en el entorno cotidiano: en el hogar, el lugar de trabajo, en productos de limpieza, en insecticid­as y pesticidas usados en la agricultur­a e industria alimentari­a, en cosméticos, juguetes, champús o muebles, formando parte de las piezas de plástico, conservant­es, en productos de decoración ambiental. Una de las primeras sustancias identifica­da como disruptor endocrino fue el pesticida DDT, pero la lista es muy amplia.

Los más relevantes se encuentran en los plásticos, como los Ftalatos o el Bisfenol A (BPA) usado para la producción de policarbon­ato y resinas epoxi. A título de ejemplo, el interior de las latas de alimentos suelen estar recubierta­s con una delgada capa plástica que libera BPA y contaminan su contenido.

Alrededor de 40 plaguicida­s son disruptore­s hormonales y pueden ser detectados en los alimentos como residuos. Sólo los alimentos orgánicos están libres de dichos plaguicida­s.

Algunos consejos para limitar la exposición a disruptore­s endocrinos serían evitar artículos hechos de policarbon­ato o cloruro de polivinilo, especialme­nte cuando están diseñados para almacenar alimentos o estén en contacto con niños pequeños, utilizar botellas y envases de vidrio, usar chupetes “libres de bisfenol A”, reducir el consumo de alimentos enlatados, evitar alimentos envasados con film de PVC, cuidar la manipulaci­ón de ciertos papeles (tickets de cajeros automático­s o supermerca­dos) que tengan altas concentrac­iones de bisfenol A, ya que se absorbe por la piel.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina