EL CUERPO, ESE CAMPO DE BATALLA
Empecé a pensar en la idea de hacer una obra relacionada a los 100 años de la Revolución Rusa y me di cuenta muy pronto de que no me interesaba tratarla como un hecho histórico lejano y nostálgico sino descubrir sus aspectos relevantes en la actualidad. Un poco por casualidad llegué a la figura de Aleksandra Kollontai y sus escritos, que desconocía por completo. Kollontai, al igual que muchas mujeres revolucionarias alrededor del mundo, ha sido deliberadamente relegada y olvidada. Sus ideas, que fusionan la lucha por liberarse de la opresión de clase con el combate contra la opresión de género, y que hacen foco en el cuerpo de las mujeres como campo de batalla, me resultaron tremendamente relevantes hoy en día. A partir de ahí comenzó a surgir por un lado la idea de contar tres historias vinculadas a las vidas de mujeres contemporáneas cuyas experiencias están signadas de maneras diversas por la Revolución Rusa, y por el otro fue configurando una puesta en escena de formatos diferentes diseñada para poner en relieve la problemática del cuerpo, sus representaciones y las formas de control que sobre él se ejercen. Durante el proceso de creación terminó de aparecer el eje de unas marionetas que son la reproducción del cuerpo de los actores, que un día van a ver una obra de teatro actuada por los mismos actores, en la que los personajes miran una película donde aparecen ellos nuevamente, ahora magnificados por el cine. Una mamushka de historias dentro de historias que se modifican unas a otras. El arte, al igual que las revoluciones, crea posibilidades de mundos que antes no eran visibles. De alguna manera la obra intenta la creación de ficciones como acto utópico en las que cada noche los cuerpos buscan su liberación. (Mariano Pensotti es autor y director de Arde
brillante en los bosques de la noche, obra que gira en torno de la figura de Aleksandra Kollontai . Se reestrena este jueves en el Teatro Sarmiento (Av. Sarmiento 2715). Funciones: de jueves a domingo, a las 21.45). que Kollontai hizo al feminismo y que hoy podríamos ver reflejados en nuestras sociedades, López Rodríguez opina: “Lamentablemente, en nuestra sociedad estamos muy lejos aún de aquellas aspiraciones de Kollontai. Algunos aspectos son concretos y materiales: las mujeres pobres son víctimas de femicidios por causas de abortos; la feminización de la pobreza es cada vez mayor y en muchos casos empuja a las mujeres a la situación de prostitución; la brecha salarial entre géneros es una constante; la responsabilidad por la reproducción de la vida sigue siendo una tarea propia de las mujeres, a pesar de los ‘parches’ reformistas, pues los varones escapan a la manutención, al cuidado, etc”.
Arde brillante la controversia
Con motivo del centenario de la Revolución de Octubre, el director Mariano Pensotti puso en escena el año pasado Arde brillante en los bosques de la noche (ver recuadro), que incluye tres formatos: marionetas, teatro con actores y fílmico. El personaje evocado, alma máter de las tres historias, es Kollontai. La pieza muestra cómo mujeres de hoy, conocedoras de sus teorías, intentan aplicarlas al mundo pequeño de sus vidas cotidianas, con dolorosos y sangrientos resultados, a pesar del efectivo humor con el que está contada. Después de todo, dentro de cada espectadora hay una Kollontai en pequeño. La obra pone en escena la contradicción entre teoría y práctica del amor, porque todos vivimos anclados en esta contradicción que no podemos resolver ni desde el capitalismo que nos oprime ni desde un comunismo que abortó todas las respuestas cuando tenía la oportunidad de hacernos libres como sujetos.
Entrevistado, Pensotti contó: “Kollontai fue una pionera absoluta en investigar cómo el capitalismo controla los cuerpos y de qué manera el cuerpo de las mujeres es utilizado para producir ganancias y en qué medida la identidad femenina es modelada a su conveniencia por el sistema. Algo inmediatamente relacionable con conflictos recientes en la Argentina y el mundo, desde el ‘Ni una menos’ a teóricas contemporáneas que equiparan la violencia de género a la guerra preventiva que el capitalismo lleva adelante en países periféricos. Para mí fue una verdadera revelación”.