LA COLUMNA DE PIETRO SORBA -
Comida global. Cuando los ingredientes del hot dog o pancho son de calidad, se transforman en una combinación muy golosa.
La salchicha es un embutido que nace en el Imperio Germánico antes del descubrimiento de América. Con el tiempo, emigró a los Estados Unidos. Registros neoyorquinos de 1871 documentan su venta combinada con rebanadas de suave pan de leche, por parte del panadero alemán Charles Feltman. En 1904 en otra ciudad de EE.UU., St. Louis, el inmigrante alemán vendedor de salchichas, Anton Feuchtwanger, encarga a un panadero la elaboración de un bollo que pudiera contener el embutido y agilizar la venta. Una intuición brillante. Había nacido el hot dog. No pasó mucho para que llegara a la Argentina. En 1955, un negocio ubicado en Galerías Pacífico empieza a ofrecer panchos. En 1980 se muda a la Galería del Sol. Los clientes emigraron. ¿Por qué? Porque los panchos de Don Manuel eran muy ricos gracias a la calidad de los ingredientes. El negocio sigue firme. Sus salchichas ( largas) son el resultado de una equilibrada mezcla de carne de cerdo, vacuna, tocino y especias. Son suaves, desprenden un ahumado leve y la piel es crocante. Todas las mañanas se sumergen en un contenedor de acero para que se calienten de a poco y se forme un caldo levemente grasoso que potencia su sabor. El pan es una nube, húmeda y esponjosa. Antes de juntarlo con la salchicha, se raspa el exceso de miga. Así se logra más espacio para los ingredientes (chucrut, pepinos en vinagre, salsa criolla y una mezcla de la casa de zanahoria, morrón y repollo). Frescos, simples, sutilmente ácidos y agridulces, para contrastar y equilibrar la grasa de las salchichas. Las salsas son 5: mayonesa, golf, picante, kétchup y la mostaza de la casa (delicada y perfumada). Así los clientes arman su combinación y la disfrutan hasta el ultimo bocado.