JORDAN BARRET, EL MODELO AUSTRALIANO QUE ES LA CARA DEL NUEVO PERFUME DE PACO RABANNE
Jordan Barrett. ¿Quién es el modelo que le da imagen al nuevo perfume de Paco Rabanne? Crónica de la fiesta donde este muchacho se corona como el millonario millennial del momento, y se queja: “No es fácil ser yo”.
Tendrá un modelo, “olor a pata”? Ya cerrado el espacio de recepción para la prensa, en un banco de la puerta, él se quita los zapatos. Ñoquis rosados, los dedos del pie asoman al final de un pantalón que brilla a la luz de la luna, igual que el blazer gris satinado. Y, sobre todo, el oro de su cabeza.
A su alrededor, los invitados a la fiesta llevan platos, vasos y el cuerpo como les permiten tanta tela y tanta gala, trasladándose a pie desde la zona de la pileta con DJ hacia una discoteca toda vidriada, casi subterránea (una cancha de tenis hace de techo). Otros, mientras, se despiden a puro grito y carcajada, arrastrados por esos cochecitos eléctricos de los que se usan en el golf. Mientras acá en Los Angeles, se desarrolla esta escena de El Gran Gatsby trasladada a la era del WhatsApp, él sigue sentado, cabizbajo, con un zapato afuera (¿cómo no se va a poner medias?). Sigue tocándose un pie. Masajeándoselo.
Nadie lo asiste; pocos lo perciben entre las promesas del próximo estímulo (un trago raro, un plato con frutos de mar, ¿ése no es algún famoso?) y las demandas del celular. Sin embargo, el centro de la celebración está concentrada en él y en el perfume que representa.
El es el modelo australiano Jordan
Barrett, nacido hace 21 años en la ciudad playera de Byron Bay, Australia. El perfume, una nueva versión del ubicuo One Million de Paco Rabanne, que está cumpliendo una década de éxito global, encarnado en una nueva versión apodada “Lucky” ( afortunado). Digamos, el millonario afortunado sería Jordan ( la prensa australiana delata que llegó a cobrar 100.000 dólares por minuto de desfile), muy a pesar de los zapatitos que le aprietan. También tendrán suerte los invitados de prensa (revistas de rock como Rolling Stone, incluidas) a esta presentación organizada por Paco Rabanne en una de las casas más avant garde y lujosa de la zona: la Residencia Sheats- Goldstein. Todo muy conceptual, ya van a ver…
Barrett se descalzó junto a uno de los
arbustos tropicales (exigen un aplicado ejército de jardineros para sobrevivir) que mandó a plantar el dueño de esta finca en Beverly Hills, don James Goldstein (“piedra dorada”, en alemán, atenti). A este multimillonario excéntrico de 78 años–fan por igual de la NBA, el fashion y el rock–, basta googlearlo para dar con lo que podría ser el integrante perdido de Aerosmith o un primo de Alice Cooper. Es decir, una especie humana que sólo el Sueño Americano pudo parir en tierras californianas: el auténtico y decadente Hippie Chic. No en vano, la película El Gran Lebowski ( hermanos Coen, 1998) alquiló esta mansión para que la habite un pornógrafo de nombre Jackie Treehorn. Goldstein es un playboy atravesado por el rock y el look de los ‘60, sin huellas de formalidad yuppie ni barba hipster.
Este caserón, cuyos ventanales HD dejan que Los Angeles se extienda como