BUENAS COMPAÑIAS
Guarniciones. Blanca Cotta propone darles un descanso al puré y a las papas fritas y acompañar los platos con cebollas y frutas.
Ustedes ya saben de mi manía de mezclar siempre la cocina con la poesía y las chuletas asadas con la filosofía. Un escritor que me apasiona (porque me obliga a pensar) es Antonio Porchia. El decía: “Si lo más grande mostrase su levadura, lo más pequeño sería lo más grande”. Veamos lo que ocurrió con la refinadísima cocina francesa que en determinado momento nos copó a todos ( nouvelle cuisine): el fundamento del plato era, a lo mejor, un lomito grillé o una suprema cocinada “a blanco”. Pero el plato resultaba impactante por la textura, el color y el sabor de sus guarniciones.
Muchas veces no tenemos en cuenta la importancia de estos “acompañantes” que convierten cualquier plato sencillo en un bocado importante. ¿Qué tal si en esta etapa de emergencia culinaria que tenemos que afrontar las cocineras nos ingeniamos para, a partir de cosas simples, inventar platos deslumbrantes, en vez de recurrir siempre al puré o las papas fritas? La tarjeta de crédito de nuestros maridos, ¡agradecida! Por eso esta semana le propongo que se ocupe de asar supremas de pollo o el corte de carne que esté a su alcance o simplemente ¡ hamburguesas caseras! Yo le doy las guarniciones para que, alternando colores y sabores, conviertan su compra en un verdadero espectáculo.
¿Acaso no nos hemos pasado toda la vida diciendo que “la comida entra por los ojos”? Meditemos esta frase de Chalmers (escritor escocés de fines del siglo XVIII): “La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”. Espere y pronto escuchará los aplausos.