MAMAS Y PAPAS ‘BIO-LOGICOS’ -
Generación orgánica. En qué basa la crianza de sus hijos los nuevos padres que no quieren nada artificial.
Hace tiempo que la cultura ecológica viene ganando terreno en Occidente, por lo tanto, ya tenemos una generación de madres y padres eco, que creen en una crianza más natural. Un pilar de esa cultura es, por supuesto, la alimentación: se trata de padres que prefieren el amamantamiento, el agua y los jugos naturales, además de cereales y granos, a bebidas y alimentos industriales. Obviamente los mayores enemigos se ecuentran entre la comida chatarra, las gaseosas y al azúcar.
Claudia Carrara, dueña de BIO, restaurante orgánico, y madre eco (crió a sus tres hijos, ya adultos, con principios ecológicos), incluye además a la elección de pañales que no se descartan en un uso y a evitar perfumes y jabones artificiales. Explica que una mamá eco es aquélla que no le entrega aparatos electrónicos para jugar a sus hijos. Nada de bebés con celulares.
Gisela Soubelet centró su atención en los elementos de limpieza después de que su hija tuviera una reacción alérgica. Creó +Bio, productos de limpieza sin formol y parabenos y, sobre todo, sin testeo animal. La marca Weleda ofrece para los bebés cremas y jabones que no contienen conservantes, sí un alto porcentaje de materia prima orgánica (tienen la certificación NATRUE).
Esta generación de padres eco le baja el pulgar al derro- che. Comparten sillas, mesas, cochecitos y camas. Prefieren elementos con historia. Y se corren de los plásticos.
Desde Cucu deco, Sol Gratch ofrece almohadones y muñecos hechos con telas y tejidos al crochet. Tiene regordetes búhos de arpillera, rellenos con trozos de telas descartadas, tan firmes que pueden usarse como bancos. Soledad Aguado, periodista, cuenta que desde que sus hijas Julieta (10) y Olivia (6) nacieron, pensó que la conexión con la naturaleza era fundamental para entender el mundo y animarse a pisarlo con seguridad. “Para mí –aclara– que recorran la Argentina como pequeñas viajeras es la manera de aprender afuera del aula a cuidar aquello que las rodea, el uso de los recursos, ver de dónde surge lo que comemos, conozcan costumbres, junten piedras y las compartan, huelan flores y jueguen en la naturaleza. Es andar al aire libre, desconectadas de la tecnología, para que la conectividad pase por otro lado y así se den la mano con la tierra y perdure el asombro.”