Entrevista a Milagros Resta, referente del estilo Shabby Chic.
Estilo romántico. El Shabby Chic sigue vigente. Milagros Resta es una de sus referentes desde hace 30 años.
Quien dice Shabby Chic reconoce un estilo que nació en las grandes casas de campo, en Gran Bretaña, a finales de los años ‘ 70. Una primera versión se nutrió con mobiliario francés Luis XV y Luis XVI, recuperado con patinados y sutiles rayes en blanco, para incorporar luego hierros, chapas y nobles materiales usados. Más tarde, la famosa diseñadora galesa Laura Ashley añadió textiles con estampas rurales y flores, siempre expresadas en tonos pastel. También ingresaron los florales Liberty (creados por el inglés Arthur Liberty), flores mínimas y densamente estampadas en composé con otras de mayor tamaño. Con Rachel Ashwell –una diseñadora de Cambridge, exitosa en Londres– el estilo llegó a la costa oeste de USA, para reinar en Los angeles y San Francisco, y se afianzó definitivamente a partir de los años ‘80. Porque en esta década se sumaron los muebles italianos y la vajilla de
loza o cerámica mediterránea, lo cual volvió más ecléctico al Shabby Chic.
En Buenos Aires –y desde hace 30 años– quien expresa con fidelidad este estilo es la decoradora Milagros Resta. “Me identifico desde mis comienzos con este estilo femenino, luminoso, personal, delicado, romántico y vintage… Y especialmente con el trabajo de Ashwell, su blanquería, su detallismo y hasta su modo de vivir la familia. Admiro su mirada para elegir antigüedades y comparto su sensibilidad para expresarse en composiciones tan creativas con elementos tan diversos”, dice Milagros. El rosa, los tonos pastel en la saturación mínima y el blan- co envejecido con pátinas y dorado a la hoja; las rosas y los diseños florales, algunos pájaros y los cuadros con paisajes, son algunos de los recursos que usa cuando trabaja. “Para mí, el secreto de la decoración es renovar, reciclar, aplicar técnicas como el decoupage, el decapé o el patinado, emplear maderas con tiempo, con ese desgaste tan peculiar. ¿Sencillo de hacer? No tanto, es un arte. Yo armé un taller, aquí en mi galpón de la calle Gorriti, para entrenar en estas artes.”
Cuando ambienta un espacio no pueden faltar sillones tapizados, bibliotecas blancas gigantes y cortinas teatrales, escenográficas, que filtran la luz pero están enriquecidas con pasamanería, borlas y agarraderas, “y que son acústicas por los géneros que elijo con mucha pasión –aclara–. ¿Mi sello propio? Contrastar ese estilo elegante con elementos de tecnología ultra modernos, equipos de sonido puestos en mis bibliotecas enormes y blancas”, confiesa Milagros, quien acaba de cumplir 15 años con su galpón junto a las vías del ferrocarril San Martín. Allí, tanto el patio como el galpón, fueron escenario de su renovada pasión por la estética romántica. Las plantas y las flores naturales, así como las clásicas arañas de caireles son infaltables en las ambientaciones de Resta.
“Creo que, hoy, la tendencia predominante es lo moderno, lo contemporáneo: los muebles envasados, en kits para armar, de venta por catálogo. Es la demanda del mercado joven y la medida de los departamentos –de metraje reducido– lo que impulsa esta forma de amoblar. Desde Ikea hasta Roche Bobois o Restoration Hardware ofrecen opciones para comprar de acuerdo a distintos presupuestos. También marcan tendencia los objetos que se eligen con el cuidado e interés de una obra de arte: están de moda las piezas de adorno. En cuanto a la eterna dualidad maximalismo-minimalismo, me quedo con el maximalismo. Un ambiente con cosas es más cálido, más vivible”, concluye.