LA CULPA ES DE HITCHCOCK
LA CULPA ES DE HITCHCOCK ...
En agosto de 1961, miles de pájaros marinos se precipitaron como aviones kamikazes sobre las casas, los autos y los habitantes de la Bahía de Monterrey, California. Provocaron, primero, sorpresa, y después, pánico. El episodio fue título de tapa del diario local, el Santa Cruz Sentinel, que informó que algunos pobladores llegaron a defenderse con antorchas. En un recuadro, además, se preguntaba si no habrían sido las luces del alumbrado público las que habían atraído las aves hacia la costa. La foto principal mostraba a un pájaro estampado sobre el techo de un patrullero. Alfred Hitchcock vivía cerca de allí, en Scotts Valley, y la noticia aceleró su planes para llevar al cine una adaptación del cuento de terror The birds, de la escritora inglesa Daphne Du Maurier. El filme, con los protagónicos de Rod Taylor y Tippi Hedren, se estrenó en 1963 y fue un éxito, acaso porque advertía, en esos tiempos afantasmados por la posibilidad de una guerra nuclear, sobre las catástrofes invisibles que acechaban a la humanidad. Medio siglo más tarde, la ciencia pudo explicar el extraño comportamiento de las aves de la Bahía de Monterrey: se envenenaron con una toxina, presente en el plancton, que causa trastornos en el sistema nervioso. Un diagnóstico que llegó demasiado tarde. Hitchcock ya nos había inoculado la idea de que los pájaros pueden ser, además de un prodigio de la naturaleza, una siniestra amenaza.