Clarín - Viva

LA MASCOTA QUE FILMO SU PASION

Sergio Criscolo acompañó a su San Lorenzo querido cuando tenía siete años y aún existía el Gasómetro. Con el tiempo, se convirtió en director de cine y ahora estrena la película Volver a Boedo, un documental sobre el amor al fútbol.

- POR PABLO CALVO

Una gira de San Lorenzo por Latinoamér­ica, a mediados de los ‘ 70, marcó su destino. Sergio Criscolo tenía siete años, vivía en Ecuador por el trabajo itinerante de su padre y soñaba con conocer a los jugadores. Ángela, su mamá, lo llevó hasta el Sheraton de Quito y encaró al capitán, Héctor Scotta, para preguntarl­e si el nene podía entrar a la cancha como mascota. El goleador le avisó que la regla era vestir la camiseta del equipo y, entonces, Sergio se levantó presuroso el buzo y mostró debajo el pasaporte de algodón azulgrana que lo llevaría al momento más emocionant­e de su niñez.

Como en una fábula, el chico caminó hasta el centro del campo de la mano del Mono Irusta, la Oveja Telch y el Sapo Villar, se ubicó entre Scotta y el Toti Veglio, apoyó una rodilla en la línea de cal y miró a la cámara de su papá, Ricardo, el más pendiente de ese instante. Para completar la escena, Sergio fue invitado a mirar el partido desde el banco de suplentes y Ricardo pudo colarse entre los fotógrafos detrás de un arco.

Pasaron más de 40 años y ahora es Sergio el que pide a sus padres que miren a cámara y les dice: “Acción”. Porque Criscolo se convirtió en director de cine y filmó Volver a Boedo, un documental que revive años míticos del Viejo Gasómetro de la Avenida La Plata, el último partido jugado allí en 1979, el destierro al Bajo Flores y el esfuerzo de los hinchas de San Lorenzo por recuperar los terrenos que ocupaba el estadio. La película se estrena el jueves 13 de diciembre, pero ya fue aplaudida en el Festival Internacio­nal de Cine Documental de Buenos Aires, en septiembre.

La foto de Sergio como mascota abre el juego de una colección de recuerdos, que incluye el testimonio de un crack que está en la imagen, Sergio Villar, el jugador que más veces vistió la camiseta del Ciclón. El Sapito se emociona al evocar aquel estadio de tablones de lapacho que abrazaba a más de 80 mil porteños, y que, además de buen fútbol y partidos de la Selección, ofrecía a los vecinos sus bailes de carnaval, donde tocaban Osvaldo Pugliese, Pappo, Santana, Palito Ortega o Joan Manuel Serrat.

En una charla de café, el rostro del escritor Fabián Casas se ilumina cuando recuerda las penumbras en las que se jugaban los partidos nocturnos, bajo conos de luz tenue que llegaban cansados al pasto desde bombitas colgantes. Su hermano Gabriel, periodista deportivo, valida la importanci­a que tuvo San Lorenzo en momentos de depresión. Es una mesa de narradores, donde alguien tira el nombre de “Barufaldi”, a modo de rescate de un jugador casi olvidado.

Cuando Tomás Gustavo Barufaldi se enteró por Viva que había sido nombrado en una película, de su memoria brotaron escenas: “El Gasómetro impresiona­ba. Me llevaron como sustituto del Lobo Fischer y compañero de Mario Rizzi en la delantera. Y me decían ‘Baru-

EL ROSTRO DE FABIAN CASAS SE ILUMINA CUANDO RECUERDA LAS PENUMBRAS DE LOS PARTIDOS NOCTURNOS EN BOEDO. ...

fa, pucha que sos divertido’, por el tango. Como había hecho lanzamient­o de jabalina, hacía unos laterales bárbaros. ¿Qué es de la vida de Rizzi?”.

Rizzi, autor del último gol oficial en el Gasómetro antes de su cierre, aparece en el documental, abrazado a Osvaldo Rinaldi, campeón del mundo juvenil en 1979 junto a Diego Maradona.

Volver a Boedo se suma a películas de inspiració­n azulgrana como El cura Lorenzo (1954), que con Ángel Magaña como el padre Lorenzo Massa da una versión del nacimiento del club, e Hijos nuestros (2015), donde Carlos Portaluppi hace de un jugador retirado venido a menos, de paso efímero por el equipo y un gol fantástico en su historial.

La filmografí­a cuerva tiene a otro protagonis­ta estelar, el actor Viggo Mortensen, que aprovecha las alfombras rojas de Hollywood para hacer flamear camisetas o envolver con una bandera la hermosura de Cate Blanchett.

La película de Criscolo, más modesta en presupuest­o, logra que hinchas comunes cuenten historias valiosas sobre la identidad barrial y anécdotas increíbles, como la del vecino de atrás del Viejo Gasómetro, el conductor de televisión Jorge Romano, quien aclara que él no vuelve a Boedo, porque nunca se fue de esa casa que se movía cuando la hincha- da gritaba un gol. “Acá está la cancha, ¿la ves?”, afirma Romano, mientras alza sus manos y acaricia tablones solo visibles para los hinchas más apasionado­s.

Criscolo es también periodista, productor, guionista y realizador cinematogr­áfico. Por eso sabe bucear en los archivos de la nostalgia: encontró imágenes de Evita dando el puntapié inicial de unos campeonato­s infantiles en ese estadio, junto a Juan Domingo Perón; hizo cantar a Osvaldo Peredo, que llegó a la tercera división de San Lorenzo pero prefirió el camino del tango; y también puso a los hinchas ante las cámaras para recitar los cantitos de la tribuna.

Su mamá fue una de esas ilustres, pero desplegó tantos gestos con sus manos y tanta musicalida­d en sus palabras que se empezó a reir a carcajadas y Sergio, también tentado en el cuadro, le preguntó: “¿Pero quién sos? ¿Norma Aleandro?”. La escena no sólo quedó, sino que contagia alegría.

Distintas expresione­s culturales, como los inspirados cortometra­jes de Los Cuervos de Poe, los papeles destacados del actor Martín Cutino y los más de 100 murales pintados por el Grupo Artístico de Boedo van armando la escenograf­ía de la película de ese sueño colectivo que tienen los hinchas de San Lorenzo: renacer en Avenida La Plata.

A esa atmósfera, Criscolo le agrega un informe de cómo se gestó la ley de Restitució­n Histórica y cómo la Subcomisió­n del Hincha encauzó la recuperaci­ón de los terrenos, ocupados por un supermerca­do. “Lo que más me llamó la atención de la Vuelta a Boedo es el hecho poco habitual, en la Argentina y en el mundo, de que personas de diversos estratos sociales y de diferentes ideologías se hayan puesto un objetivo común y que lo hayan obtenido. La consigna ‘La vuelta la banca la gente’ fue el gran motor del proyecto”, señala el director.

Se refiere a los 26.300 aportantes que compraron simbólicam­ente metros cuadrados y juntaron siete millones de dólares para reconquist­ar la “Tierra Santa”, proceso que culminará en julio del año próximo. Con los terrenos a disposició­n, se iniciará otra aventura, la construcci­ón del estadio en Boedo.

26.300 HINCHAS JUNTARON SIETE MILLONES DE DOLARES PARA COMPRAR LOS TERRENOS DONDE ESTABA EL GASOMETRO. UNA COLECTA UNICA EN EL MUNDO. ...

 ??  ?? Sergio ingresó con el equipo en un amistoso en Ecuador.
Sergio ingresó con el equipo en un amistoso en Ecuador.
 ??  ?? Con la mirada en la tribuna, Sergio piensa en la próxima toma.
Con la mirada en la tribuna, Sergio piensa en la próxima toma.
 ??  ?? Adolfo Res, principal impulsor de la Vuelta a Boedo junto a su hermano Diego y la Subcomisió­n del Hincha, da su testimonio para el filme.
Adolfo Res, principal impulsor de la Vuelta a Boedo junto a su hermano Diego y la Subcomisió­n del Hincha, da su testimonio para el filme.
 ??  ?? El goleador histórico de San Lorenzo, José Sanfilippo, armó una tribuna con maderas del Viejo Gasómetro en su quinta bonaerense.
El goleador histórico de San Lorenzo, José Sanfilippo, armó una tribuna con maderas del Viejo Gasómetro en su quinta bonaerense.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina