LA TIERRA CALIENTE
¿Se acuerda de la lluvia del día del partido Boca-River en la Bombonera? Fue una precipitación ultra recargada, implacable. Suerte que duró sólo unas horas y que el superclásico se pudo jugar después. Los evacuados de La Matanza, sin embargo, tienen un recuerdo mucho peor para contar. Lluvias así, voluminosas e imperdonables, corresponden a esta nueva era: la del cambio climático. La atmósfera más caliente contiene más humedad y, por lo tanto, puede producir tormentas así de fuertes. Con dos torrenciales aguaceros, uno detrás del otro, quedó destruida Comodoro Rivadavia en 2017. ¿Por qué pasa esto? Por la acumulación de gases como los que produce la planta de generación eléctrica de esta foto, que funciona a carbón. Esas nubes pesadas contienen, entre otros tóxicos, CO2, un gas que atrapa el calor del sol. Este se junta en la atmósfera y la Tierra queda envuelta con una manta térmica que se va engrosando a medida que quemamos cualquier hidrocarburo. Tenemos, entonces, que migrar hacia economías bajas en emisiones (algo que puede crear una ola de empleos verdes) y remover el excedente de CO2 a través de los bosques nativos, humedales, la aplicación de tecnología, etc. Hay daños que son irreversibles (¿cómo se recuperará el hielo que ya se deshizo?), pero hay otros que se pueden evitar. Hay una década para hacer esto. Manos a la obra, ¿no?