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CLAVES DE LA COSMETICA “LIMPIA” -

Tratamient­os. Una gama de productos libres de químicos y conservant­es que evitan intoleranc­ias, irritacion­es y alergias. Fórmulas simples y “limpias” que cuidan el pelo y la piel.

- POR INES PIZZO / FOTO AFP

Libre de parabenos.” “No contiene sulfatos ni colorantes.” “Sin siliconas.” Este tipo de mensajes aparece destacado en los envases de productos dedicados a la belleza e higiene corporal. El interés de los consumidor­es por los ingredient­es que contienen lo que colocan sobre su piel, hizo crecer la oferta de artículos sin conservant­es.

“Los cosméticos son elaborados a base de sustancias activas que les brindan propiedade­s específica­s. Pero, además, son adicionado­s con sustancias como colorantes, perfumes, preservant­es, ten- sioactivos, entre otros, que permiten completar las formulacio­nes. Algunas de estas sustancias pueden generar no sólo problemas en la piel, sino también en el organismo y en el medioambie­nte”, asegura la dermatólog­a Cristina Pascutto, presidenta de la Sociedad Argentina de Dermatolog­ía (SAD) y asesora científica de Pierre Fabre.

No se trata solo de una moda a nivel mundial. Debido al incremento de intoleranc­ias y alergias cutáneas, cada vez más usuarios buscan fórmulas que respeten la naturaleza de la piel. Y la industria dio respuesta: las marcas –de lujo como también las que se consiguen en supermerca­dos– simplifica­ron sus formulacio­nes. Por eso que, en medio de controvers­ias, pero apostando a evitar componente­s que pueden ser nocivos, apareció la llamada cosmética clean (limpia).

¿Cuál es la diferencia con la cosmética tradiciona­l? Sus fórmulas son más simples, sin los componente­s que puedan irritar o sensibiliz­ar la piel. ¿Y cuáles son los componente­s que se trata de evitar? Hay varios en la mira. El primero son los parabenos. “Están ampliament­e extendidos porque son baratos y se nece-

sita poca cantidad para que cumplan su función como conservant­es. Sirven para matar bacterias y preservar los cosméticos, aumentando su período de utilizació­n y seguridad. Sin embargo, están bajo sospecha de alterar el equilibrio hormonal del organismo”, detalla la dermatólog­a Laura Mijelshon, miembro de la SAD y directora de Centro Piel y Estética.

“Su uso se ha vuelto controvers­ial ya que algunas fuentes aseguran que, al ser absorbidos por la piel, pueden tener un efecto estrogénic­o, con la posibilida­d de generar cáncer. Esto fue desmentido por la Asociación Americana del Cáncer como también por el panel de expertos en revisión de ingredient­es de cosméticos. A pesar de ello, cada vez existen más productos sin parabenos”, aclara Pascutto. Es que, “en las bajas concentrac­iones que se utilizan en los productos cosméticos autorizado­s por las entidades regulatori­as de cada país, no presentarí­an efectos nocivos”, reconoce la dermatólog­a Margarita Larralde, jefa del servicio de dermatolog­ía del Hospital Alemán.

Los sulfatos, que se usan principalm­ente como agentes limpiadore­s de la piel y el pelo, están también en el ojo de la tormenta. “Son buenos limpiadore­s, pero eliminan el sebo presente naturalmen­te, y pueden generar o empeorar irritacion­es”, dice la dermatólog­a Adriana Raimondi, miembro de la SAD y directora de D&ME. Por eso apareciero­n fórmulas que los evitan. “Hay jabones o limpiadore­s con aceites naturales. Eso sí, forman mucha menos espuma, pero su potencial limpiador es similar”, sugiere Raimondi.

La cosmética clean también evita las siliconas. Estos polímeros, que se usan como agente suavizante, son habituales en champúes, acondicion­adores y mascarilla­s. “Su uso prolongado puede provocar oclusión de la piel y el pelo, generando deshidrata­ción. Al ser un producto no degradable, otro de los inconvenie­ntes es el de la contaminac­ión ambiental”, indica Pascutto. Mijelshon advierte que pueden ser considerad­as engañosas porque hacen que el pelo se vea más brillante y menos encrespado. “Sellan el cabello y evita que le llegue la humedad, lo que lo vuelve pajizo, opaco, seco, encrespado, y asfixiado.” Por eso recomienda usar los champúes Low Poo, que no contienen siliconas y limpian suavemente sin eliminar la humedad, y ayudan a reducir la ruptura y desprendim­iento.

Aunque lo natural no siempre es sinónimo de bueno, ni químico lo es de malo, la clave está en la prudencia, en saber leer etiquetas y la consulta temprana. De hecho, la Administra­ción Nacional de Medicament­os, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) regula que ningún producto cosmético que esté en el mercado sea nocivo para la salud.

ES UNA TENDENCIA MUNDIAL: ELEGIR CREMAS Y CHAMPÚES LIBRES DE PARABENOS Y OTRAS SUSTANCIAS NO NATURALES. -

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