El genio autodidacta
Leer, joya del fotógrafo húngaro André Kertész, llega a la Argentina –editado por Periférica & Errata Naturae– a casi medio siglo de su primera edición en inglés. Las imágenes, que aun hoy resultan modernas, líricas, reveladoras, fueron tomadas entre 1915 y 1970 en distintas ciudades de Europa y los Estados Unidos, e incluso en Buenos Aires (Parque Lezama). Kertész, autodidacta cuya familia quería que fuera corredor de bolsa (a pesar de que su padre, muerto en 1908 de tuberculosis, había sido librero), capturó el acto íntimo, universal, intransferible de leer en terrazas, plazas, calles repletas y otros sitios públicos y privados, desde perspectivas novedosas. En el prólogo del libro, Alberto Manguel escribe sobre el arte de Kertész y su mirada original. “Bajo la doble influencia del dadaísmo temprano y del incipiente periodismo documental, la cámara de Kertész encuentra en la realidad objetiva sus límites absurdos”, sostiene el ex director de la Biblioteca Nacional. Kertész nació en Budapest en 1894 y sus primeros trabajos fueron publicados en revistas. En 1925 se mudó a París, de donde emigró en 1936 por el ascenso del nazismo en Alemania. Se radicó en Nueva York. Siguió construyendo una obra notable, aunque recién se lo reconoció como figura central de la fotografía mundial a mediados de los ‘70. Murió en Nueva York en 1985. Su carrera abarcó 73 años, en los que empuñó desde una cámara de placas hasta la Polaroid SX-70.