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¿CUAL ES LA FORMULA DEL EXITO DE PIXAR?

CON “TOY STORY 4”, BATE RECORDS EN TODO EL MUNDO Y EN LA ARGENTINA YA SUPERO LOS 6 MILLONES DE TICKETS. LA MAGIA PARECE ESTAR EN LA MEZCLA EXACTA ENTRE TECNOLOGIA Y ARTE. UNA HISTORIA QUE UNE A GEORGE LUCAS CON STEVE JOBS Y JOHN LASSETER.

- por leandro zanoni fotos: pixar

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Si se junta la mejor tecnología para generar animacione­s por computador­a con una increíble habilidad para contar historias que atrapen, diviertan y emocionen, el resultado de la alquimia serán las sagas Toy Story, Buscando a Nemo, Cars, Monster Inc., Up! y Wall- E, entre otras grandes películas del cine animado. Parece simple, pero no lo es. Pixar ha sido una máquina de generar éxitos rotundos, una y otra vez, durante los últimos 25 años.

Y los logros arrollador­es siguen. En junio estrenó Toy Story 4, que en apenas 23 días en cartel en la Argentina batió un nuevo récord y se convirtió en la película más vista de la historia en los cines nacionales. Pixar volvió a hacerlo. ¿Cómo? ¿Tiene una fórmula secreta? ¿ Cuál? La magia, en principio, parece estar en la mezcla exacta entre tecnología y arte.

No hay dudas de que las columnas vertebrale­s que sostienen las películas de la factoría son dos: grandes historias y personajes. Para contar una buena historia, Pixar tiene 22 reglas de oro que van desde la estructura del guión hasta la psicología de los protagonis­tas, la esencia de la trama y consejos para sortear el bloqueo mental, generar el conflicto y elegir el mejor final, entre otros.

Que las historias que se cuentan en estas películas no sean sólo para el público infantil es otra de las claves. La empresa logró que los adultos vayan al cine con muchas ganas y no sólo para cuidar a sus hijos, siempre detrás de personajes inolvidabl­es, claro. “Lo que define a una excelente animación es que cada personaje de la pantalla te haga creer que es un ser racional”, explica el co- fundador de Pixar, Ed Catmull, en su libro Creativida­d, S. A, Cómo llevar la inspiració­n hasta el infinito y más allá.

Allí, Catmull detalla cómo construyer­on la cultura interna del error, permitiend­o que todos los empleados se equivocara­n y buscando el beneficio. “Los errores son la consecuenc­ia de algo bueno. Es la mejor manera de

aprender”, cuenta. También detalla en qué consiste el Braintrust, una metodologí­a muy singular de reuniones internas, en las que el director de un proyecto recibe las opiniones, críticas e ideas de varios de los directivos más importante­s y creativos de la empresa. Esas reuniones tienen una sola condición: decir la verdad y nada más que la verdad.

Otro elemento fundamenta­l es la calidad de animación de las películas y el diseño de los personajes. La calidad se supera todo el tiempo gracias a la inversión y al trabajo constante de los ingenieros en el software de animación.

No es posible entender el éxito actual de Pixar sin reparar en la firmeza de sus valores y decisiones a lo largo de su extraordin­aria historia. La empresa nace en 1979, cuando el director de cine George Lucas contrata a Catmull para liderar el departamen­to de animación por computador­a que debía producir los efectos especiales de sus películas, como las espadas láser de Star Wars.

Pero, en 1986, Lucas vendió el área, que casi no había generado dinero. ¿A quién? A Steve Jobs, que se acababa de ir en malos términos de Apple, la empresa que había fundado. Jobs pagó 10 millones de dólares por el 70 por ciento de Pixar.

Jobs: fe, dólares y talento

Uno de los negocios era fabricar computador­as potentes, pero la Pixar Image Computer era muy cara y no se vendió. La otra unidad de negocios era el desarrollo de contenidos animados, que eran usados para demostrar los beneficios de la computador­a y el software propio. Pero tampoco generaba dinero. Sin embargo, Jobs tenía fe y puso varios millones de dólares de su bolsillo para sostener la empresa. Sabía que en pocos años las computador­as serían mucho más potentes que las de aquel momento. Pero había que esperar.

El tercer protagonis­ta fundamenta­l de la historia de Pixar es John Lasseter, experto animador, director y productor, un fanático de los dibujos animados que, tras un breve paso por Disney, se sumó a dirigir el departamen­to

de animación. Cuando conoció a Jobs, ambos conectaron de inmediato. Lasseter estaba trabajando en un corto de dos minutos sobre dos lámparas flexo y una pelota amarilla. Lo llamó Luxo Jr. Fue elegido el mejor corto en un congreso de animación y el público aplaudió de pie. La pieza llegó a los premios Oscar de 1987. No ganó, pero se dieron cuenta de que podían hacer cosas importante­s. Hoy la lámpara flexo es el logo de la empresa.

Pixar no generaba dinero y Jobs seguía inyectando plata para evitar la quiebra de la empresa. Ya llevaba invertidos casi 50 millones de dólares y aceptó poner otros 300 mil dólares para producir el corto Tin Toy, de Lasseter. ¿De qué se trataba? De juguetes que cobran vida cuando están fuera de la vista de las personas. En 1988 el corto ganó el primer Oscar de Pixar. Así empezaba todo.

EN EL ORIGEN DE PIXAR BRILLARON GEORGE LUCAS, STEVE JOBS Y JOHN LASSETER. ...

LA FACTORIA LOGRO QUE LOS ADULTOS VAYAN AL CINE NO SOLO PARA ACOMPAÑAR A LOS CHICOS. ...

El radar de Disney

Disney paró las antenas y, tras un intento fallido de contratar a Lasseter, firmó un contrato de coproducci­ón para hacer un largometra­je sobre juguetes. Disney invertiría 17 millones de dólares para financiar la película y se quedaría con los

derechos y los de sus personajes. Mantenía el control creativo de la película y el derecho a cancelar la producción en cualquier momento.

Además podía crear secuelas de la misma película y sus personajes por su cuenta. Solo le pagaría a Pixar el 12,5 por ciento de la venta de entradas. Como Jobs no estaba en condicione­s de negociar algo mejor, firmó el contrato en mayo de 1991. Así nació Toy Story, la primera película de la historia del cine creada íntegramen­te con computador­as.

Una saga que cambió la historia

Se estrenó a fines de 1995. Como si se tratara de un producto de Apple, Jobs salió al escenario y cautivó a los invitados con su típica personalid­ad magnética. De inmediato, fue un éxito rotundo. En apenas un fin de semana, Disney recuperó la inversión de toda la película, que fue la más taquillera del año. Recaudó 192 millones de dólares sólo en los Estados Unidos y 362 millones en el resto del mundo. La crítica especializ­ada la elogió de todas las maneras y con todos los adjetivos posibles. Toy Story transformó para siempre la industria del cine.

Como nadie conocía a Pixar, el público en general creía que la película era de Disney. Jobs usó su poder en los medios para presentar Pixar y aclarar que Disney sólo había sido el distribuid­or. Su objetivo era renegociar aquel contrato y ser socio de Disney en las futuras películas. Para eso necesitaba dinero y salió a buscarlo en la Bolsa.

En apenas un día las acciones de Pixar llegaron casi a 50 dólares. Jobs era el dueño del 80 por ciento de la empresa, ahora valuada en más de 1.200 millones de dólares. La había comprado por apenas 10 millones.

A fines de 1999 se estrenó Toy Story 2, con una recaudació­n impresiona­nte: casi 500 millones de dólares. Después, en la década que va de 2001 a 2010, Pixar estrenó una sucesión increíble de éxitos rotundos: Monsters, Inc., Buscando a Nemo, Los Increíbles, Cars, Ratatouill­e, Wall- E, UP y Toy Story 3.

Buscando a Nemo fue considerad­a la película animada más exitosa de la historia, desbancand­o a El Rey León. Más de 1.000 millones de dólares de recaudació­n, 40 millones de copias en DVD y un Oscar a la mejor película animada.

Pero la relación entre Pixar y Disney era cada vez más tirante. Jobs y el entonces presidente de Disney, Michael Eisner, chocaban constantem­ente. Egos. Jobs ya era una estrella mundial por haber salvado a Apple (con la iMac, el iPod, etc) y creado Pixar.

En 2004 la sociedad se interrumpe y, dos años después, Disney expulsa a Eisner —que no había logrado ninguna película importante durante esa década— y pega el batacazo: compra el 100 por ciento de Pixar Animation Studios por 7.400 millones de dólares.

Fue, al fin y al cabo, una jugada extraordin­aria en el mundo de los negocios que terminó por posicionar a Steve Jobs en el podio de los mejores empresario­s de la industria del entretenim­iento. De inmediato, Pixar tomó el control del departamen­to de animación de Disney, Lasseter se convirtió en el director y Ed Catmull en el presidente. Ninguno de los dos está hoy en la empresa. Y Jobs se convirtió en la persona física con más acciones en Disney, con el 7 por ciento aproximada­mente. Después del acuerdo con Disney llegarían más películas. Pero esa es historia conocida. Y todavía no tiene final.

PIXAR CONSIGUE BENEFICIOS HASTA DE LOS ERRORES DE SUS EMPLEADOS. ...

EN REUNIONES DIRECTIVAS, LA EMPRESA PRACTICA LA METODOLOGI­A DE DECIR SOLO LA VERDAD. ...

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 ??  ?? PIONERO. John Lasseter, pilar de Pixar desde el inicio.
PIONERO. John Lasseter, pilar de Pixar desde el inicio.
 ??  ?? PUNTO JUSTO. Pixar combina a la perfección arte y tecnología.
PUNTO JUSTO. Pixar combina a la perfección arte y tecnología.
 ??  ?? BUZZ LIGHTYEAR. En Toy Story Land, área temática de los parques de Disney dedicada a la saga.
BUZZ LIGHTYEAR. En Toy Story Land, área temática de los parques de Disney dedicada a la saga.
 ??  ?? LAMPARASIM­BOLO. Homenaje a la lámpara Flexo, del primer corto de Pixar, en la entrada del edificio central de Pixar en California.
LAMPARASIM­BOLO. Homenaje a la lámpara Flexo, del primer corto de Pixar, en la entrada del edificio central de Pixar en California.
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 ??  ?? WOODY. El vaquero comisario, juguete favorito de Andy, acá en versión muñeco gigante, en Toy Story Land.
WOODY. El vaquero comisario, juguete favorito de Andy, acá en versión muñeco gigante, en Toy Story Land.

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