LA COLUMNA DE PIETRO SORBA -

Fusión de estilos. Un bistró que encaró un proceso de renovación de su carta con el respeto por los tradicionales platos de la casa.

Ya pasaron más de 25 años desde el desembarco que cambió la vida de Félix Rueda. Buenos Aires. Recoleta. Lugares donde este afable cordobés amante de la gastronomía abrió, en 1993, su restaurante. Un pequeño bistró, porteño y con reminiscencias francesas, que se ganó el cariño y los paladares de sus vecinos. En noviembre de 2017, la mudanza a media cuadra del primer local. La esencia es la misma. La presencia de Félix, ineludible. Más metros y nuevos horizontes que aparecen. En este contexto se incorpora Donato Mazzeo, ex jefe de cocina del Hotel Plaza. Gran experiencia y profesionalis

mo. Mazzeo encaró con entusiasmo la renovación del menú basada en el respeto por los clásicos de la casa, en su estilo y una sabia fusión entre la línea francófila original y los aportes porteños. El paté casero Félix maison es una caricia aterciopelada. Lo acompañan etéreas tostadas Melba, la dulzura del chutney de tomate, una balsámica reducción de oporto y la frescura gelatinosa del áspic de jerez. Los canelones a la Rossini son de masa oscura aromatizada por el perfume y sabor de los hongos. El relleno de osobuco mimado por una larga cocción se junta con la esencia vegetal de las espinacas. Todo termina bajo el calor de un gratinado potente que fusiona queso, salsa blanca y salsa de tomate. La mila mila ofrece tiernas milanesas de lomo bien rebozadas, doradas y cuidadas por el queso derretido que las recubre. Cubitos de tomate fresco, el aroma del aceite de albahaca y de la manteca de romero que perfuma las papas, acompañan a la carne. Cierre de impecable dulzura: creme caramel de textura sedosa y refinada. Servicio atento y profesional.