NUEVOS CAMPOS DE BATALLA -
En la lejanísima Finlandia, el libro más pedido en las bibliotecas a fines de julio era de una argentina: Cadáver exquisito, de Agustina Bazterrica, ganadora del premio Clarín 2017. La novela habla de un mundo distópico en el que el ser humano es transformado en ganado para consumo y faenado de la misma manera brutal en la que hoy se faenan, por ejemplo, las vacas. La insólita batalla entre gauchos y veganos en la reciente Exposición Rural deja al menos dos conclusiones: la primera, que nuestro país hace verosímil cualquier idea argumental; la segunda, que el debate sobre el sufrimiento de los animales se vuelve cada vez más visible. Hay también una tercera: la vigencia de la cultura del rebencazo en la gente de campo, desde El matadero de Echeverría para acá, algo que el afecto ruralista por las civilizadas 4x4 no ha mitigado del todo. Si bien los veganos fueron desalojados a golpe de percherón, lo que puede leerse como una derrota, hay que decir que la guerra está planteada. Los proteccionistas ya ganaron la porfía por el uso de las pieles naturales en la moda y no se rinden en su combate contra la tauromaquia. Según un informe de la FAO, entre bovinos, cerdos, aves de corral y ovinos, en 2012 ya había en el planeta casi 29 mil millones de animales. ¿Qué haríamos con ellos si el proteccionismo triunfara? Una duda que habilita a pensar en otras distopías, acaso tan inquietantes como la de Bazterrica.