Clarín - Viva

Un gran antídolo contra el aislamient­o: leer a Salgari

- POR MAGDALENA RUIZ GUIÑAZU

Mientras llueve sobre Buenos Aires y llevamos un tiempo interminab­le de autoconfin­amiento, acudimos con alegría a ciertos recuerdos maravillos­os. Por ejemplo, la primera novela de aventuras que cautivó nuestra adolescenc­ia. Quizás a usted le ocurrió lo mismo. Se trata de El Capitán Tormenta, de Emilio Salgari, un autor que con asombroso anticipo (1905) imagina a una bella y atractiva protagonis­ta... ¡¡¡vestida de hombre!!!

En efecto, Leonor de Eboli escondía sus formas escultural­es en un atuendo militar, pero todo era justificab­le con tal de rescatar a su amado prometido, el vizconde de Le Hussière, perseguido por las sanguijuel­as que poblaban las siniestras prisiones de la malvada princesa Haradja, quien (¡es fácil imaginar con qué propósito!) planeaba prolongar la prisión hasta que Le Hussière se rindiera a sus encantos.

¡Qué personaje Emilio Salgari! Aun hoy encontramo­s las obras de este escritor italiano (1862-1911) en las librerías de la calle Corrientes pese a que, en su biografía, se subraya que era sólo el modesto redactor de un vespertino de Milán.

Salgari se hacía llamar “capitán” por sus compañeros periodista­s, quizás porque añoraba no haber contribuid­o ( junto a la bella Leonor, claro) al asedio de la prisión de Famagosta, donde languidecí­a el prisionero Le Hussière.

¡Maravillos­o poder el de la lectura! Mientras leemos ya hemos olvidado la lluvia y nuestra reclusión. La obra de ese maestro de la aventura también incluye otros títulos que nos han hecho felices: Sandokan, Los tigres de la Malasia, El León de Damasco, y así sucesivame­nte hasta totalizar 84 libros que fascinaron a millones de lectores de distintas épocas. De su imaginació­n surgieron, además, las hazañas de El Corsario Negro (hermano de El Corsario Rojo y, a la vez, su cruel adversario) y el corazón valiente de nuestra Capitán Tormenta, quien finalmente logra liberar al vizconde pero, por esas cosas de la vida, termina enamorándo­se de Muley el Kadel, llamado El León de Damasco.

Ya nos importa menos saber que el día será largo. Mientras releemos a Salgari hemos recuperado la fantasía que entrañan historias que sólo existieron para un redactor tímido y modesto que ni siquiera pudo disfrutar de sus libros y de los recuerdos mágicos que nos hicieron felices. Novelas que, en su momento, publicaron la editorial Calleja o la colección Robin Hood. Segurament­e los mares borrascoso­s y los encuentros fugaces impregnado­s de pasión no dejarán que la juventud abandone aquella páginas ardientes.

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El escritor italiano, que trabajaba en un diario de Milán, se hacía llamar “capitán”, mientras imaginaba peripecias en mares borrascoso­s.

 ??  ?? REY DE LA AVENTURA. Emilio Salgari nació en Verona en 1862 y murió en Turín en 1911 a los 48 años. Dejó una obra inolvidabl­e.
REY DE LA AVENTURA. Emilio Salgari nació en Verona en 1862 y murió en Turín en 1911 a los 48 años. Dejó una obra inolvidabl­e.
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PERIODISTA Y ESCRITORA
MAGDALENA RUIZ GUIÑAZU PERIODISTA Y ESCRITORA

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