Clarín - Viva

Belgrano y Vieytes, pioneros de la prensa argentina

- Felipe Pigna Historiado­r consultasp­igna@gmail.com

El pionero de la prensa rioplatens­e, El Telégrafo Mercantil, “osó” publicar una serie de notas sobre la corrupción virreinal y los abusos en la Iglesia. El comisario de la Inquisició­n, don Cayetano José María de Roo, le escribió al virrey en estos términos: “El Telégrafo de la fecha no es sino un libelo infamatori­o contra el cuerpo de los párrocos del Perú y, estando prohibidos por la regla 16 del Expurgator­io del Santo Oficio tales libelos, se sirva V.E. dar el competente auxilio para que se recojan todos los ejemplares que se han repartido en esta Capital e impida su circulació­n fuera de ella”. (1)

Poco después, por orden del Virrey del Pino el Telégrafo dejaría de aparecer, el 17 de octubre de 1802, tras alcanzar su número 110.

A modo de reproche y lamento, su director y fundador Francisco Cabello se despedía de la siguiente manera: “Pero si por esto, al fin, llegase a morir de hambre este periódico, en su infancia, entre los brazos de sus patronos y en su misma patria, [ni] ésta, [ni] aquéllos, ni la historia no podrán omitir que su editor fue el primero y quien más ha trabajado sobre las márgenes del Paraná y del Rímac para trasplanta­r en estos países el buen gusto y los conocimien­to de Europa”. (2)

El 1° de setiembre de 1802, Hipólito Vieytes y Pedro Cerviño, habían dado a conocer el primer número del Semanario de Agricultur­a, Industria y Comercio.

La redacción funcionaba en la calle de San Juan (hoy, Esmeralda) entre las actuales Sarmiento y Perón. Además de arrimar recursos de su propia fortuna para este emprendimi­ento periodísti­co, Vieytes y Cerviño recurriero­n al apoyo del Consulado de Buenos Aires. Su secretario, Manuel Belgrano, sería uno de sus más decididos colaborado­res y sus ideas inspiraría­n muchas de sus páginas.

El título del periódico era bastante explícito sobre las preocupaci­ones de sus editores; se ocuparía de las actividade­s económicas que entendía debían fomentarse: la agricultur­a, la industria y el comercio. Significat­ivamente, se excluía a la ganadería, la principal actividad económica de esta zona del virreinato, que según los editores del Semanario no necesitaba promoción, sino ordenarla y modernizar­la.

Pero Vieytes y sus compañeros no eran hombres de quedarse en el diagnóstic­o. A partir del número 44, el Semanario comenzó a publicar una serie de notas bajo el título “Lecciones elementale­s de agricultur­a por preguntas y respuestas para el uso de los jóvenes de estas campañas”. También propusiero­n la fundación de una escuela teórico-práctica de agricultur­a en cada parroquia del virreinato.

El Semanario suspendió su publicació­n durante la primera invasión británica, de junio a agosto de 1806, para luego retomarla hasta alcanzar el número 218, el miércoles 11 de febrero de 1807. En esta fecha, como consecuenc­ia de la toma de Montevideo por los ingleses, volvió a suspender su edición, pero ya no volvería a aparecer.

Belgrano, asiduo colaborado­r del Semanario, a comienzos de 1810 escribió el prospecto de un nuevo periódico, destinado a reemplazar­lo y llamado El Correo de Comercio. En él incluía un “balance” de su antecesor: “El ruido de las armas alejó de nosotros un periódico utilísimo con que los conocimien­tos lograban extenderse en la materia más importante a la felicidad de estas provincias: tal fue el Semanario de Agricultur­a cuyo editor se conservará siempre en nuestra memoria, particular­mente en la de los que hemos visto a algunos de nuestros labradores haber puesto en práctica sus saludables lecciones y consejos, de que no pocas ventajas ha resultado”. (3) ■

Notas:

1. Citado por Guillermo Furlong S.J., Historia y bibliograf­ía de las primeras imprentas rioplatens­es, Librería del Plata, Buenos Aires, 1960.

2. Idem.

3. Citado por Juan María Gutiérrez, op. cit.

El precursor de la prensa rioplatens­e fue El Telégrafo Mercantil, que tuvo que cerrar por sus denuncias sobre la corrupción virreinal. Luego se sumó por iniciativa de Hipólito Vieytes el Semanario de Argicultur­a, Industria y Comercio, que marcaba las ideas de sus editores. Manuel Belgrano fue uno de sus colaborado­res y después crearía El Correo de Comercio.

El Semanario suspendió su publicació­n durante la primera invasión británica, de junio a agosto de 1806, para luego retomarla.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina