La embajadora de las drogas antiobesidad
Oprah Winfrey pasó de promover la disciplina, las dietas y el ejercicio, a publicitar los medicamentos para adelgazar.
Oprah Winfrey cambió de bando: renunció al directorio de una empresa que abogaba por bajar de peso con disciplina, dieta y ejercicio, y se transformó en la embajadora de las drogas que ayudan a adelgazar.
En Un especial de Oprah Winfrey: Vergüenza, culpa y la revolución de los medicamentos para perder peso, en horario central y con público en el estudio, Oprah compartió el dolor de haber sido ridiculizada por su obesidad y confirmó -sin dar el nombre- que. a pesar de haberse resistido durante mucho tiempo, está tomando un medicamento que la mantiene delgada.
“Durante 25 años, reírse de mi peso en los talk shows nocturnos ha sido un deporte nacional”, dijo con voz entrecortada, además de mostrar una tapa de la revista TV Guide donde al principio de su carrera un diseñador famoso la insultaba por su look. “Y yo que estaba contenta por salir en la portada”.
Al día siguiente, Whoopi Goldberg, conductora de otro talk show muy popular (The View), contaba que ella también usa un medicamento para adelgazar. El especial de Oprah informó sobre las cuatro drogas que antes se usaban solo para controlar la diabetes y que ahora están permitidas para combatir la obesidad. La revolución, como la llama Winfrey, ha tomado a Hollywood por asalto, en una lista que incluye a Sharon Osbourne, Amy Schumer y Rosie O’donnell.
En el caso de Oprah, fueron veinte kilos los que perdió y eso le permitió lucir un cuerpo delgado y vibrantes diseños de alta costura durante la temporada de premios, donde promocionó El color púrpura, película que ella produjo.
De enero a marzo se la vio feliz en las alfombras rojas. Fabulosa manera de celebrar sus 70 años, estrenados el 29 de enero. Una de las personalidades más influyentes de Estados Unidos, fue la primera mujer negra en convertirse en multimillonaria a caballo de The Oprah Show, programa que condujo entre 1986 y 2011. Se retiró para convertirse en empresaria. Tiene su productora (Harpo), su propio canal (Own) y durante una década estuvo en el directorio de la compañía Weight Watchers, a la que acaba de renunciar.
Como le contó a Jimmy Kimmel, esa empresa ahora empezó a ofrecer medicamentos adelgazantes y ella no quiso que hubiera conflicto de intereses y que se pensara que estaba lucrando con su especial. Igual, invitó a la CEO al especial y la juntó con directoras de los dos laboratorios que producen las cuatro drogas en danza (Ozempic es la más famosa, tanto que Kimmel la mencionó en su monólogo en los Oscar). Oprah donó el millón de acciones que poseía al Instituo Nacional de Historia Afroamericana. Las acciones bajaron cuando ella renunció, casi el 80 por ciento, pero el día después del especial empezaban a subir de nuevo.
La idea es que, aunque las prepagas no los cubran, ahora se ha probado que la obesidad es una enfermedad y que estos medicamentos ayudan a controlarla. Aparecieron en Tik Tok y la demanda se disparó al punto de que se agotaron.
“Me costó mucho entender que no era que yo no tenía la misma fuerza de voluntad que otros para no recuperar los kilos que perdía en las dietas, sino que era un problema en mi cerebro. Ahora puedo controlar el impulso del hambre insaciable. Basta de echarnos culpas”, le pidió, compasiva, a su público. Pasaron médicos, pacientes a los que les fue muy bien y también alguien que dejó el tratamiento por los efectos colaterales.
Oprah Winfrey lo hizo de nuevo: puso a todo el mundo a hablar de ella, esta vez como la cara de la transformación de una industria que se vislumbra multimillonaria. Ella dice que quiere traerle esperanza a la gente. Y no juzgar ni ser juzgada.