Un inspirado piano criollo
Solo y a dúo, el intérprete y compositor Matías Martino se luce en composiciones propias y ajenas.
Detrás de la ciudad Matías Martino (piano) Invitados Andrés Pilar (piano), ‘Chango’ Spasiuk (acordeón), María Fernández Cullen (flauta) y ‘ Vitillo’ Abalos (bombo). Sello Acqua Records
Acompañante de Cecilia Todd, discípulo de Hilda Herrera, el pianista y compositor Matías Martino se perfila como una de las figuras más relevantes de la nueva escena folclórica local. Su flamante disco, Detrás de la ciudad (Acqua Records), permite apreciarlo en el doble rol de intérprete y autor, entre otras de la bellísima zamba que da nombre al álbum.
No impresionan menos su Chaya de las nenas; su gato No e’migato; su Preludio en vidala, su litoraleña Atilio, su chacarera De María, a dúo con María Fernández Cullen; y, en especial, esa suerte de carnavalito impresionista que lleva por título Las puertas.
A la riqueza y la originalidad de los materiales rítmicos y armónico-- melódicos, Martino suma finísi-mos recursos instrumentales, a con una particular exploraciónex del registro mediome grave y una mano izquierdaizqu de sobrio virtuosismo.
Sus interpretaciones de piezas ajenas tienen también una intensís luz propia, comenzado por el binomio de apertura, una imaginativa yuxtaposición del huayno peruano Ojos azuales con el anónimo La Huaqueñita.
A la flautista María Fernández Cullen se otros músicos en respectivos dúos: el pianista Andrés Pilar, en exquisitos arreglos a cuatro manos de Nueva ilusión, de Rudi Flores, y de La oncena de Eduardo Lagos); el acordeonista ‘Chango’ Spasiuk, en una bella litoraleña del misionero; y el prócer ‘Vitillo’ Abalos, con su bombo legüero en Mi pachamama, la zamba de los Hermanos Abalos.
Por la inventiva de las composiciones propias y la riqueza de las interpretaciones de otros autores.