“Tunga, tunga, tunga” en un taxi
Vi hace un tiempo una película muy recomendable: “Noche en la tierra”. Cinco historias de taxistas. Cinco ciudades: Los Angeles, Nueva York, París, Roma, Helsinki. Si hubieran puesto la historia de un taxista cordobés, la película hubiera sido de verdad perfecta.
-Hola Negra, sí, sí, ia voy ... Hago este viaje, busco a la nena en la escuela y largo. Esperame con las mila.
Después se agacha, deja el celular, levanta el volumen de la radio: “Tunga, tunga, tunga, con una agujita dioro te descorazonaré. Tunga, tunga”… “¿Quieeen quieeen ... se ha tomado todo el vino ... Oh oh oh ... Tunga, tunga: ¡los grandes éxitos de la Mona Jiménez!
De pronto sale a escena el ruido de radio gggghhhhhshshsh -QSL, QSL (no hay que olvidar que estamos en un radio taxi): “Tengo un pedido de Achával Rodríguez y La Cañada -¿Está libre QSL?, se escucha. Y la respuesta: Ia quedo libre, aia vamo, le corta a la central y vuelve la radio popular: “Tunga, tunga, tunga.” Esto pasó un día en que la temperatura en Córdoba era de 35°, sensación térmica de 40°. -Está pesado, digo -Como coiar de sifones Le retruco: - ¿Llenos o vacíos? -ienos (me dice) y agrega: ¿De vidrio o de plástico? Le respondo: De vidrio y de litro y medio “Tunga, tunga, tunga.” -Dejame en la esquina- pago lo que indica el reloj. Se aleja en medio del fragor de la calle. La escultura de Jerónimo Luis de Cabrera sonríe desde su pedestal. “Tunga, tunga, tunga.”