Una feria colosal que mueve cada día $ 300 millones
Con trabajo esclavo y evasión, La Salada redujo precios 40 %. Reciben hasta 1.000 micros por jornada.
¿Cómo fue que aquel grupo de productores textiles bolivianos que se instaló en los viejos natatorios de La Salada se convirtió en la feria ilegal más grande del mundo? ¿Cómo pasaron de la subsistencia a facturar unos $ 300 millones por día de trabajo? Más allá de la facilidad de los políticos y los policías para no ver semejante monstruo comercial, ese “crecimiento” podría resumirse en precios muy bajos por producción ilegal, manejo de dinero en efectivo para favorecer la evasión y una aceitada “logística”.
Las diferencias de precios con los comercios legales son abismales, del 40% o más. Es que los puestos – incluso legales– compran sus mercaderías en talleres textiles clandestinos, donde trabajan inmigrantes en condiciones de esclavitud. Además, al no pagar cargas sociales, ni Ingresos Brutos ni ningún tipo de derechos de autor sobre marcas falsificadas, los precios lógicamente son más bajos. Un alquiler de un puesto, según la ubicación, puede rondar los $ 500 a $ 1.500 por día, que es similar al costo diario de un alquiler de un local, con la diferencia que un comerciante en blanco además debe pagar luz, agua, gas, la habilitación, seguros y otros gastos.
El manejo de dinero en efectivo es otra clave. La evasión se hace mucho más simple y no quedan registros que puedan comprometer ni al productor ni al vendedor ni al comprador, que en su mayoría son comerciantes que vienen desde el interior del país en micros.
Además, funcionan tres veces por semana de madrugada, cuando los posibles controles estatales son más difíciles de hacer y más fáciles de detectar. Pese a que se manejan enormes cantidades de dinero cash, son muy pocos los casos de asaltos. “Yo tengo 70 cámaras de vigilancia, a 70 personas de seguridad adentro del recinto y 20 afuera. Puedo decir que mi recinto es seguro. Llevo el registro de los turnos y me doy cuenta de las guardias que permiten que entren los delincuentes”, afirmó Jorge Castillo, administrador de Punta Mogote, en una nota al diario español El País. No en vano reciben entre 500 y 1.000 micros por día con compradores, que recorren los cerca de 15.000 puestos. Y no en vano está considerada la feria ilegal más grande del mundo por la Unión Europea y una de las peores por la Oficina del Representante de Comercio de los EE.UU.