Clarín

Hay intimidade­s e intimidade­s

- rroa@clarin.com Ricardo Roa

La TV es una ventana indiscreta pero muchas veces funciona al revés. Podemos espiar a través de ella y podemos ser espiados si queremos, en un extraño juego en el que dañar y dañarse da lo mismo.

La faranduliz­ación de la vida privada tiene estos días dos actores: el productor Ariel Diwan y su ex mujer, la bailarina Gisela Bernal. Aunque en realidad, el verdadero protagonis­ta es Ian, su hijo de dos años, que no está en el reality sino en el drama. Y la historia vale por Ian.

Gisela bailaba en ShowMatch y en La Revista de Buenos Aires, que Ariel producía. En julio de 2012 anunció su embarazo. Los mismos medios que hoy cuentan su pelea contaron entonces que era o podía ser resultado de una relación clandestin­a.

Ian nació en enero del 2013. Los papás lo presentaro­n juntos en TV. Fue en Villa Carlos Paz, donde ella trabajaba en Stravaganz­a, que él también producía. Meses después, él se subió al escenario para decirle al público que ella era la mujer de su vida y a ella que quería que fuera su esposa.

Duró una temporada: se separaron durante este verano, en Mar del Plata. En la farándula hablaron de infidelida­d de parte de Ariel. Si la hubo, fue de los dos, según ella misma admitió. El lunes saltó todo por los aires: Ariel apareció en Intrusos con una prueba de ADN para decir que Ian

no es hijo suyo sino de un conductor, que publica en la web fotos con el chico. Ese mismo día, Gisela apareció para decir que Ariel la había amenazado de muerte.

El culebrón siguió: el abogado de Gisela dijo que Ariel era el padre pero Gisela dijo que dudaba sobre quién era el padre. Ayer Ariel anunció que irá a la Justicia para dejar de ser el padre de Ian.

Ian es la víctima de este mal circo donde se ventila el drama de su identidad. Quizás cuando crezca alguien le pueda explicar esta exposición mediática a la que es sometido por dos irresponsa­bles que en lugar de protegerlo lo usan como una cosa.

La contrapart­ida o una contrapart­ida se pudo ver anteanoche en un tramo notable de Los Leuco. Estuvieron Michetti y Rodríguez Larreta. No para hablar de la interna del PRO sino de sus vidas, que es también una forma de hacer política.

Mostraron una foto de ella antes del accidente, de pie y con su bebé en brazos. Gabriela contó que lo que más quería era volver a pararse para poder bañar a su hijo, que hoy ya tiene 22 y la acompañó en el es

tudio. Luego mostraron una foto de Larreta vestido con toga junto a su papá, después de graduarse en Harvard. Horacio se emocionó al recordar la emoción de su padre.

No todas las intimidade­s por TV son iguales. Y las intimidade­s hablan de quienes las cuentan.

Pasó en la TV. Una pareja en crisis hace víctima a su hijo. Una madre se emociona con su hijo y un hijo con su padre.

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