Mucho más que el deshielo entre los EE.UU. y Cuba
Adiez años de la célebre cumbre de Mar del Plata, esta séptima mega conferencia presidencial de las Américas en Panamá también será excepcional. Si aquella de 2005 enterró el libre comercio interregional, el Alca, esta podrá insinuar un resurgimiento bajo otros ángulos, otros plazos y con formas políticas diferentes. Esta vez serán los 35 países americanos los que estarán presentes en el Istmo. Ya no habrá que decir “menos Cuba”. Pero esta gran conferencia presidencial, que no tendrá ausentes, mira más allá del descongelamiento entre Washington y La Habana. Es un proceso más amplio que apuesta a profundizar las relaciones económicocomerciales entre los grandes agrupamientos en América, como el Nafta y el Mercosur. La forma es “desideologizar” las relaciones continentales mediante la extracción de los temas que entorpecían “la buena vecindad”. También el mercado común sureño, este semestre bajo la égida brasileña, busca desarticular los antiguos recelos con la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, Perú y México) que llevó a imaginar en algunos países a ese bloque como una especie de cuña introducida por EE.UU. Ahora el plan es avanzar en la integración de los dos bloques latinoamericanos. Es el otro deshielo.
Aquellos “fantasmas” son los que Washington pretende alejar. Nada mejor para ese fin que el encuentro programado para este viernes entre Barack Obama y Raúl Castro. La intención sería que la cumbre sirva de escenario para la demandada normalización de las relaciones entre ambos países. Y es obvio, en ese contexto, que EE.UU. intentará desplazar a Venezuela del foco, un paso que inició con la gestión diplomática directa en Caracas de Thomas Shannon. Así lo había anticipado Ricardo Zúñiga, asesor especial de Obama, para quien “hay preocupación por la situación económica y social” venezolana; pero el camino para resolver pendencias “debe ser el diálogo”.
En una reunión en Brasilia, jefes diplomáticos de Itamaraty admitieron que Venezuela iba con intención de hacer “barullo” y pedir la condena de EE.UU. Caracas ya planteó estas demandas en las negociaciones previas y este viernes tocará a los cancilleres discutir la forma de ese comunicado.
El diplomático brasileño Paulinho Carvalho Neto señaló, en rueda de prensa en Planalto, que “las divergencias entre Venezuela y EE.UU. pueden resolverse en el ámbito bilateral”. Estimó, inclusive, que podría haber un encuentro “no formal” entre Obama y Nicolás Maduro. Ponderó que el documento final pondrá el énfasis en la vigencia de la democracia, uno de los capítulos más caros a la región; el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, que incluye la libertad de prensa según explicó. Para él, según enfatizó, “esto es una victoria”.