Clarín

Gallardo aún confía: “No creo que Tigres vaya para atrás”

El técnico dice que cree en el profesiona­lismo del equipo mexicano e imagina que van a ir a ganarle a Juan Aurich.

- MONTERREY, MEXICO. ENVIADO ESPECIAL Maximilian­o Benozzi mbenozzi@clarin.com

Ellos hicieron un gran primer tiempo y nosotros jugamos bien en el segundo. Fue un lindo espectácul­o para la gente. Tigres juega bien, pero así es el fútbol: hay que estar atentos los 90 minutos”.

Teófilo Gutiérrez (I) Queríamos ganar y no se pudo. Igual nos vamos contentos porque ahora tenemos que ir a casa, ganar y aguardar el otro resultado. Esperemos terminar bien y, con la ayuda de Dios, clasificar a la próximo fase”.

Teófilo Gutiérrez (II)

Un grito se escuchó en la multitud. Sólo un grito. Cargado de furia y de desahogo a la vez. Un grito de gol en medio de una platea que en silencio veía cómo River llegaba el empate. Y ese grito, que provino desde una de las cabinas de prensa del estadio Universita­rio, fue de Marcelo Gallardo. “No me di cuenta de esa situación, pero lo grité con fuerza por lo que significab­a”, dijo el técnico ayer a Clarín ya Radio Belgrano. ¿Y qué significa ese gol de Rodrigo Mora para River? Seguir con vida en la Libertador­es. Estaba prácticame­nte afuera y aún tiene una chance más.

La buena cara con la que se fue Gallardo de la conferenci­a de prensa posterior al partido contrastó con la de los jugadores en el vestuario, donde, a pesar de levantar un 0-2, no hubo gestos de alegría. El clima, según pudo averiguar Clarín, puertas hacia adentro, no fue el mejor porque los jugadores estaban golpeados por no haber jugado el partido como lo habían pensado, como una final. “No nos quedó una sensación de alegría, pero tenemos una posibilida­d más”, reflexionó Marcelo Barovero, algo compungido. Sucede que lo que más incómodo lo pone a este River es que no depende de sí mismo. Por esa cuestión, el equipo quería llevarse a toda costa los tres puntos de México. “Es algo raro para nosotros; es una Copa que nos está costando muchísimo”, agregó el arquero.

Ayer, las caras de los jugadores cambiaron. Quizás, en frío, el plantel fue valorando cada vez más el punto conseguido casi de manera milagrosa. Porque con ese empate, si le gana a San José de Oruro por dos goles o más, obligará a Juan Aurich a vencer a Tigres.

“La sensación es ambigua porque no dependemos de nosotros, pero el empate nos da la ocasión de seguir con vida, mantener la esperanza y aferrarnos a la ilusión de jugar la última carta, ganar y clasificar”, manifestó ayer Gallardo. Los jugadores decían la misma frase: “Estamos con vida”.

Para salir ileso, River no sólo deberá ganar, sino que tendrá que esperar una mano de Tigres. El presidente Rodolfo D’Onofrio se fue de Monterrey con la promesa de su par del club mexicano, Alejandro Rodríguez Miechielse­n, de que va a tratar de convencer al técnico Ricardo Ferretti para que lleve al menos medio equipo titular a Perú, a pesar de que quieren guardar jugadores porque luego tienen el clásico ante Rayados de Monterrey. ¿Alcanzará sólo con palabras o aparecerá la famosa incentivac­ión, penada por la ley pero aceptada en el mundo del fútbol? ¿Primará en los mexicanos el deseo de querer terminar lo más arriba posible o dejarán caer a un pez gordo como River, tal como lo definieron en estas tierras?

Gallardo les envió un mensaje directo: “No creo que Tigres vaya para atrás; creo en el profesiona­lismo de sus jugadores e imagino que van a ir a ganar a Perú”. El miércoles, en la cancha, se terminarán las especulaci­ones.

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G. GARELLO / ENV. ESPECIAL Chau Monterrey. Gallardo, anteayer, tras el 2-2.
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