Patología de los amores no correspondidos
Se define al mal de amores como un padecimiento, un anidamiento del dolor con el sufrir. En la Edad Media se consideraba un mal típico de la clase alta, aristocrática, y en los manuales de medicina y estaba catalogado como una enfermedad. El amor no correspondido es como una especie de Caja de Pandora donde se encierran los amores tormentosos, los amores tóxicos, los amores adictivos. En todas sus formas, el sufrimiento es un componente obligatorio e inevitable.
Brevemente diré que desde el punto de vista de la ciencia médica se plantea que un exceso de amor puede ser enfermante, y desde la perspectiva biológica, es una droga natural que puede causar adicción. La fundamentación de dicho enunciado sostiene que el amor logra un mejor funcionamiento corporal, puede cambiar el ánimo de la persona, así como también la cosmovisión del mundo, con un tinte mas optimista. Todo eso se debe a que en una región del cerebro llamada hipotálamo se produce una sustancia parecida, en sus efectos, a la cocaína, y se llama dopamina. Es un neurotransmisor que invade la mente y proporciona placer y también voluptuosidad.
¿Qué sucede ante el amor no correspondido? Lo mismo que le pasa a un adicto si le sacan el estimulante: cae en depresión. Para que se cure hace falta que esa persona sufriente encuentre una motivación lo suficientemente grata para que pueda suplir la ausencia o la pérdida.
La inseguridad, la inestabilidad emocional, el machismo, sentirse dueños de un mujer son alguna de las características de los victimarios. Tienen un ego tan enorme que ante cualquier amenaza (real o fantaseada) de verse vulnerables, no dudan en llegar a situaciones criminales para restaurar el dominio. Existe el buen amor y el amor patológico, que puede matar bajo la lógica del “sos mía o de nadie”.
*Psicoanalista