Un gran entrenamiento militar desata la paranoia en Texas
Un entrenamiento de élite de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que señala a Texas como un estado “hostil”, despierta una insólita ola de paranoia: el gobernador ordenó desplegar tropas estatales, los ciudadanos manifiestan en las calles y hasta el mismísimo “Waker, Texas Ranger” –el actor Chuck Norris– se puso al frente de las protestas.
El operativo de maniobras militares, conocido como Jade Helm 15, está programado entre el 15 de julio y el 15 de septiembre en siete estados del sur del país y donde participarán cuerpos de élite del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y los Marines. Esos estados, incluido Texas, son denominados “hostiles”, en un simulacro de presunta invasión extranjera o conflicto interno. Los ejercicios, dicen las Fuerzas Armadas, son parte de la rutina militar, se concretarán en lugares remotos y no afectarán para nada la vida diaria de los ciudadanos.
Pero no todos creen lo mismo. Muchos habitantes de Texas –uno de los estados más conservadores de EE.UU. que mira con desconfianza al gobierno federal– piensan que este movimiento militar está dirigido por el presidente Barack Obama para incautar las armas a los ciudadanos o declarar la ley marcial. Entre las teorías conspirativas, algunos hablan hasta de golpe de Estado o intento de invasión. La cadena de supermercados WalMart tuvo que salir a desmentir que los uniformados hubieran cavado túneles para ingresar a sus tiendas, donde venden armas.
Chuck Norris, un adalid de las causas conservadoras, que ha apoyado con su imagen a varios candidatos presidenciales republicanos, escribió en un sitio web derechista: “El Gobierno dice que solamente son entrenamientos. Pero no estoy seguro de que la palabra ‘solamente’ se corresponda con la realidad cuando lo usa el Gobierno”. El protagonista de la famosa serie “Walker, Texas Ranger”, campeón de artes marciales y amante de las armas de fuego, señaló que “no es exagerado ni tampoco es conspirativo pedir más transparencia”.
El gobernador del estado, Greg Abbot, ordenó el despliegue de las tropas estatales para vigilar los ejercicios de cerca y “garantizar las libertades civiles”, con lo que de alguna manera se hizo eco de las teorías conspirativas. Su decisión levantó varias críticas, incluso desde los republicanos. “Creo que se puede confiar en nuestros militares, otra cosa es su liderazgo político (por el presidente Obama), que siempre es cuestionable, pero no los hombres y mujeres de uniforme”, dijo el ex gobernador de Texas, el republicano Rick Perry.
El presidente del comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, el republicano Mac Thornberry, la consideró “ridícula”. “Son patriotas estadounidenses, increíblemente capaces. El solo hecho de insinuar que serán una especie de ejército privado del presidente para llevarse todas las armas es simplemente ridículo”, dijo. Y muchos en Twitter salieron a bromear.