La estrategia en la Provincia crea diferencias dentro del macrismo
Hay quienes prefieren no poner tanto énfasis en la gestión de la Ciudad. Recorren barrios saludando a vecinos.
La demanda ordena la oferta. Con esa premisa trabajan los responsables de la campaña de Mauricio Macri. Con ese principio más cercano al mundo de los negocios y la economía que al de la política, consideran que habrá más “baños de humildad” como el que Cristina Kirchner les pidió a los candidatos de su espacio. Y por eso están convencidos de que Sergio Massa no será candidato presidencial.
Son pocos en el PRO quienes creen que el líder del Frente Renovador podría “bajar” a la Provincia. Sin embargo, operadores de las dos fuerzas exploran esa posibilidad y también la opción de que Francisco de Narváez se sume al espacio. Ayer, en su recorrida por José C. Paz, Macri lo negó rotundamente. “Soy respetuoso, él (Massa) prefirió construir una alternativa dentro del PJ”, volvió a cerrarle la puerta.
El jefe de Gobierno habilitó las conversaciones, pero su encono con el ex intendente de Tigre y su candidato a Gobernador es una barrera infranqueable.
En el PRO confían en que las segundas líneas del FR podrían garantizar control territorial y fiscalización en el distrito electoral más grande del país. Y a ellas apuntan. “¿Cuál es el límite? Imposible saberlo, es como la fórmula de la Coca–Cola”, señala una de las voces que más escucha Macri.
Los macristas esperan que Massa ocupe el mismo lugar que el PRO en 2013 cuando eran aliados: que ceda el protagonismo a cambio de espacio en las listas. Creen que a medida que pase el tiempo, el margen de negociación del líder del FR se achicará, aunque preferirían que depusiera su candidatura cuanto antes. Sus encuestas les arrojan que podrían quedarse con 6 de cada 10 votos de Massa.
Lejos del mensaje cuidadosamente centralizado que el PRO proyecta en la Ciudad, los interlocutores en la Provincia se multiplican. No todos coinciden en el diagnóstico. “Nuestro mejor activo es la subestimación”, confía un funcionario que imagina un escenario similar al que catapultó a Fernando de la Rúa en 1999. Otro aguardan con preocupación y se inquietan más por la fiscalización que por los votos. “Es parte de la división de tareas”, minimizan. Sin embargo, las estrategias para captar votos también son diferentes. Se había convenido la necesidad de no hacer campaña poniendo énfasis en la gestión de la Ciudad en el Conurbano, pero ayer miembros del SAME dieron cursos en González Catán. Mientras el lí- der del PRO multiplica timbreos, su referente en La Matanza, el ex massista Miguel Saredi, ayer regaló anteojos junto al periodista Fernando Niembro.
Quienes todavía creen que un extrapartidario podría ser candidato en lugar de María Eugenia Vidal ven en Niembro un contrapeso para compartir la gobernación. Esa hipótesis pierde fuerza, aunque el periodista suena para acompañar en la fórmula a la actual vicejefa. El preferiría ser diputado. Ayer, Macri confirmó que su amigo será candidato “estará en la boleta”. En tanto, las chances de un radical no se descartan, pero se achican. Como anticipó Clarín, la decisión ocurriría el lunes en la mesa chica del PRO.